Se han dado cuenta que cuando inician una relación con la
otra persona no solo están en la relación con él o ella. La familia de las pololas o pololos siempre
se meten en la relación. Los hermanos
agarran confianza contigo y te agarran pa’l webeo con lo que sea. Y los suegros comienzan a agarrar mucho
confianza…tanta que inicia la temporada de momentos incómodos con ellos. Pero hay un mito mundial sobre un integrante
de la familia de tu polola o pololo: Las temibles suegras. Sí, tal como Doña Tremebunda o como el
personaje de Jane Fonda en “Monster in Law”.
Esas suegras que de verdad nos dan miedo y a veces hasta nos logran
matar, como la vieja bruja de “Actividad Paranormal 3”, quien efectivamente
termina matando a su yerno. Vieja de
mierda. Pero no todas las suegras son
malas, hay otras que se transforman en segundas mamás y las queremos
mucho. Respeto por ellas, aunque
lamentablemente son la minoría.
Así que
hoy día analizaremos sobre este mito, el temible mito de las suegras y como se
parecen tanto a algunas series. Como
esas series que no soportamos pero de todas formas las vemos, cuando ver una
serie deja de ser un placer y se transforma en una adicción, cosa parecida que
pasa con las películas.
Hay
veces que lo único que queremos es ir a ver a esa persona especial, esperamos
el día entero para tener un minutito y poder hacernos el tiempo para hablar o
estar con ella. Sin embargo hay un gran
PERO que a veces nos asusta y nos llena de julepe a la hora de juntarnos con
ella en su casa: Sus padres. Si, los
dos, porque en verdad no puedo ser tan malo con los suegros y quitarles el
mérito de ser unas personas temibles.
Dignos “Don Cuasimodos”, de esos que no cerrarán un ojo cuando estamos
con sus hijas en la pieza solos. O
cuando sacamos a la “palomita blanca” de su hija a pasear y juran que la
llevaremos a una secta satánica en donde solo habrá alcohol, drogas y sexo, y
nos amenazan con tenerla en la casa sana y salva muy temprano. Lamentablemente los carretes no son siempre
así.
Pero,
¿A qué series se parecen estos dos personajes?
Lo obvio sería hablarles de Don Cuasi y Doña Treme. O mejor aún, ¿A qué personajes se
parecen? Primero está el papá de Dexter,
este suegro sí que es de temer, pero por suerte se murió. ¿Se imaginan pololear con Debra, la hermana
de Dexter? Eso sería tener de suegro a
un weón que le enseñó a matar a su hijo.
Imagina pateay a la hija del weón.
Te vay a la mierda.
Peor
aún es tener a un suegro terrorista, como Nick Broddy de “Homeland”. Ya, está bien que quiera vengar a seres
queridos. ¿Pero transformarte en
terrorista? Igual por lo menos este
suegro al final se da cuenta que las está cagando. De todas formas prefiero tener a un suegro
asesino, que a un integrante del Al Qaeda esperándome con una pistola en la
casa para que le devuelva a su hija. Si
estos weones botaron las torres gemelas, imagínate que harían con tu Torre si
le hacís algo a la hija. OMG.
Por
último tenemos a las suegras metiches. A
las que les gusta hacernos sentir incómodos.
Más que amenazas de muerte, estas malvadas señoras tienen un arma
secreta: Las preguntas incómodas al yerno o yerna. Sé que no es común, pero a veces hasta se
meten en nuestra vida sexual. Por
ejemplo, y conozco casos, cuando la mamá le pregunta a la polola de su hijo
regalón: “¿Qué pastillas estás tomando?” “¿Quieres que te recomiende
alguna?” Oh, gosh. Ahora se enteraron que la suegra sabe que le
están dando más que besitos a su hijito.
¿Punto a favor o punto en contra? Depende de la suegra. O también está ese momento incómodo en la
mesa cuando te invitan a comer y los viejos comienzan a hablar de sus anécdotas
de fiestas. Todo va bien hasta que
agarras confianza y te lanzas una anécdota de algún carrete. Moraleja: Los papás de nuestras pololas no
quieren saber qué hacemos cuando carreteamos, mejor dejemos eso en lo oscurito,
por lo menos hasta que nos casemos con su hija y así no nos pueda castrar o
matar.
La cosa
es que las suegras y suegros a veces nos dan cuco. Mirarlos a los ojos después de hacer lo que
hacemos con su hija o, pa’ las minas, hijo perfecto no es tan fácil. Pero con el tiempo nos ponemos más descarados
y podemos hacerlo. Ahora solo recemos y
tengamos esperanzas de que no vayamos a tener un suegro como Mr. White en
“Breaking Bad”, porque los que vemos las series sabemos que el no espera a que
nos portemos mal, este viejo llega a la casa, toca tu puerta y te mata ahí
mismo. Aunque lo positivo sería meterse
al negocio con él y tener las mansas manos pa’ fumarse algo rico de vez en
cuando.
Pero
bueno, como ya he dicho en un par de ocasiones, no todo lo que brilla es oro,
porque las hijas al fin y al cabo se transforman en sus madres, y si creemos
que se pondrán mejor con el tiempo, mejor busquemos a una suegra como Jennifer
Aniston o Natalie Portman. Eso sí que
sería iniciar un negocio a largo plazo.
De
todas formas, señores suegros y señoras suegras, les queremos agradecer, son
sus hijas/os los que nos hacen felices.
Y no sean tan care raja de repente, porque si sus hijas son tan buenas
pa’l webeo…De alguien lo habrán heredado, ¿Oh no? Así que terminen con lo cartucho y saquen el
Joey Tribbiani que llevan dentro.
Touché.
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