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jueves, 2 de mayo de 2013

Las mujeres son Walking Dead, ¿Qué serie somos los hombres?


                ¿Saben qué?  Cuando publiqué la nota sobre lo parecido que son las series con las mujeres pensé que las minas me iban a criticar y hacer mierda con comentarios.  Pero no.  Weón, por inbox en Facebook todas me felicitaban.  “Ay Tommy, nos entiendes.” “Weón, es que es chistoso porque es verdad.”  O sea podríamos decir que “Auto-High Five” para el Tommy.  Zafé.  Pero como no quiero crear conflictos y para que vean que tengo opinión sobre todo en las series y cómo estas se asimilan a la vida cotidiana (Además que una mina me desafió a escribirlo y yo dije: Challenge, fucking, acepted), hoy día nos compararé a nosotros, los hombres, con las series.  Y les prometo ser justo.

                Sin embargo y sin que se piquen las minas, yo creo que los hombres somos más simples.  “Mi amor, ¿Qué quieres de cumpleaños?” “Una polera” “Ay, pero que fome, ¿Seguro que nada más? ¿Algo más específico?” “Bueno.  Una polera roja.”  ¿Vieron? Somos más simples.  Pero no todo lo que brilla es oro.  Los hombres, mucho más hoy en día, somos mamones.  Queremos ser Charlie pero terminamos siendo Alan muchas veces. 

La mayoría de las veces en las relaciones cuando estas terminan el hombre es al que más le cuesta salir adelante.  Nos suelen sudar un poco los ojos y nos ponemos despechados, dejando como mejor amiga a la botella.  Ejemplos muy buenos de cómo reaccionan los hombres al terminar se puede ver en “New Girl”.  Cuando comienza la serie vemos a un Nick completamente despechado y que quería hacer todo por volver con su ex.  Pero el capítulo que Nick se da cuenta que tocó fondo fue cuando va con su ex a una fiesta.  Ella solo fue a una fiesta con un amigo, para él era una oportunidad para reconquistarla.  Él le dice que la ama y quiere volver con ella, ella lo manda a la mierda.  Él termina tomando y quedando en vergüenza, ella lo pasa bien.  Por favor, weón, seamos orgullosos y admitámoslo, nos gusta estar despechados, es la excusa perfecta para poder hacer el ridículo y tomar como gladiadores.

Schmidt es otro claro ejemplo.  El cabro es un “Don Juan” y se mete con todas.  Pero a medida que avanza la serie el pobre se enamora de la mejor amiga de Jess.  Al comienzo todo bien.  Cece con Schmidt eran casero y casera, no le querían contar a nadie de su relación.  Pero como pasa en un 74,333% de las relaciones de caseros: Se terminan enamorando y comienzan a pololear.  Cueck.  Historia corta: Terminan, Schmidt pensaba estar bien, Cece comienza una relación, Schmidt queda para la caga e intenta reconquistarla, no lo logra, Cece termina e inicia otra relación, Cece se va a casar, Schmidt queda para la cagada…hasta ese episodio no sé qué pasará ahora.  Pero a eso voy: Los hombres somos más despechados que las mujeres.

Más que despechados, somos más alaracos.  Rachel termina con Ross y se queda en su departamento triste escuchando música cebolla, comiendo helado y hablando con sus amigas.  Muy bien.  Hay que mantener la calma, ¿Cierto?  Por otro lado: Ross termina con Rachel y se va a curar, hacer el ridículo, da pena y termina metiéndose con una loca que al fin le cagaría tener otra oportunidad con Rachel (En esa temporada por lo menos).  ¿Mantuvo la calma? No.  Es más si en esa época hubiese existido Facebook, lo más probable que Rachel no hubiese puesto nada en su estado, pero Ross hubiese escrito cosas como: “Estoy muy tristeL”  o “A veces cosas malas nos pasan a las personas buenas.”  O mejor aún, y esto es un clásico: Poner alguna frase de Arjona, Reik, Montaner, Iglesias u otro cebollín de por ahí.  Y acá me van a amar las mujeres, porque debo admitir que nunca apoyé a Ross cuando se argumentaba con su frase tan célebre: “We were on a break”.  Con Rachel nunca se está “On a Break”…idiota.

Weón, por despechados somos capaces de meternos con cualquier mina, fea, gorda, cochina asquerosa, y perder al amor de nuestra vida, que en esta caso era Rachel, el personaje que me quita el sueño.  Ross es un idiota, pero representó muy bien a los hombres por mucho tiempo.

Es simple la cosa.  Los hombres en nuestra mayoría nos creemos Spartacus o Charlie, pero en gran parte somos Alan o Chandler.  Muchos dirán: “¿Qué está hablando este weón?”.  A ellos les digo: No nos leamos la suerte entre gitanos, weón.  Si igual despechados y todos, una vez que se nos pasa eso lo comenzamos a pasar filete, bajamos de peso, trotamos y vamos al gym.  Así que minas no nos faltan.

Las minas son como las series complicadas para los hombres.  Los hombres somos las series que hacen enojar a las minas.  O acaso ninguna mina alguna vez a dicho: “¿Qué mierda encuentran tan divertido de Jackass estos weones? Son puros imbéciles haciendo estupideces.”  No se enojen si no les gusta, simplemente no saben de arte.

Tommy Out.

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