No hay
nada peor que una mina o un weón cartucho.
Esos personajes que juran que pasarlo bien es portarse mal y portarse
mal es pasarlo bien. ¿Quién no conoce a
alguien así? Esos típicos locos que
después de escucharte hablar sobre el manso carrete del fin de semana o con
cuantas minas hiciste cuchi-cuchi, te miran y te preguntan: “¿Estás feliz con
tu vida?” Weón, sorry, pero el hecho de
no quedarme viendo películas, comiendo brócolis y teniendo una relación por Facebook
con una mina, no significa que no sea feliz con mi vida, es más, lo paso
filete.
Y estos
personajes cartuchos, los que aún viven en el siglo XVII y juran que tener una
“relación carnal” es pecado no pueden guardarse sus comentarios para ellos. “Oye, weón, cacha que estoy metiéndome con la
mansa mina.” Ahora nuestro amigo o amiga
cartucho nos mirará con los ojos más abiertos que Homero Simpson y nos dirá:
“¡Pecador! Acaso no sabes que debes
respetarla. Las llamas del infierno te
esperan, os digo. ¡Las llamas te
esperan!” Bueno, tal vez no tan así,
pero entienden la idea.
Pero
nosotros los hombres, más que sufrir con los amigos cartuchos, sufrimos con las
minas cartuchas. Esa mina que conocemos
en la disco bailando, nos queda gustando y no nos da la pasá, pero igual
mantenemos contacto con ella. La
invitamos a salir y a tomar café un par de días. Aún no pasa nada. La invitamos a unos pres con los amigos y le
regalamos copete. Aún no pasa nada. La joteamos incansablemente, piropiándola,
invitándola a salir donde ella quiera.
Todavía la muy maraca no hace nada.
Y cuando ya le hemos lanzado los mansos palos de que queremos un poco de
trece-trece, la muy cartucha nos dice: “Ay, es que yo no soy el tipo de mina
que se agarra a cualquier weón.”
Bitch. Acto seguido, la weona
parte pololeando con uno de los amigos que le presentaste. ¿A quién no le ha pasado?
Estas
minas y estos weones son como las escenas nunca vistas de las películas y las
series. Weón, esas escenas son las
mejores. ¿Alguien acá ha visto los cinco
minutos censurados de Ted? La película
ya es chistosa, pero con esos cinco minutos la wea se desvirtúa.
También
hay series cartuchas que se llegan a transformar en series bacanes. El caso más grande yo creo que sería con Bob
Esponja. Este personaje tenía una pinta
de maraco que no se la sacaba nadie, y lo daban en el Nickelodeon, un canal muy
cartucho. Pero su humor traspaso edades
y comenzó con un poco más de doble sentido.
Fue tanto que Bob se fue con todo Fondo Bikini a “MTV”, y ahí comencé a
respetar un poco más la serie.
Pero
más específico y no tan general, porque es más fácil analizarlo así. También hay personajes que son más cartuchos
que la mierda. Personajes que odiamos,
weón. Sin embargo son un mal necesario a
veces en las series. Y el que se lleva
el premio “Cartucho Award” de este blog es por lejos un gran amigo mío, si,
amigo, hablo con él en mis sueños. Les
estoy hablando de Ned Flanders. Hola,
vecinirilililijillo. Este idiota, pero
querible vecino de Homero es el weón más cartucho que conozco. No falta a misa ningún domingo, piensa que
hablar de la Biblia es un tema “divertido” y está algo en contra del sexo
libre. Si Tod o Rod, sus dos hijos, algún día llegan pidiéndole consejos para
una buena marca de condones, yo creo que el pobre Ned se muere de un
infarto. Es cosa de acordarse del
capítulo que muestran el “secreto oscuro” de Ned, y es cuando Bart descubre que
es fanático de “Los Beatles”. Pero como
era “adorar” algo más que a Dios, Ned no lo quería mostrar al mundo. Que idiota.
Yo soy fanático de miles de series, miles de películas, miles de
cantantes, miles de cosas. Por ende el
infierno tiene un salón VIP para mí.
Bueno,
cartuchos y cartuchas habrán en todos lados.
Por eso es misión nuestra, los rebeldes y malvados, llevarlos por el
buen camino. El camino de la Droga, Sexo
y Rock and Roll. Pero siempre
moderadamente… ¿Pa’ que vamos con weas?... Siempre de la manera menos moderada
que sepamos, así se pasa mejor. El que
dijo que los excesos son malos vivió sano toda su vida hasta los noventa años,
pero murió virgen, soltero, sin ninguna anécdota de carrete y con cero
amigos. Así que niños: Carretén.
Nos
vemos tomando por ahí. Salud.
bien tommy :)
ResponderEliminarCuando a esas pseudocartuchas se les suelta la cadena, son mas terriblemente calientes que ninguna, solo hay que saber encontrar el disparador, con disfrazarte de candido, inexperto, tímido, y casi santo...te miran con la baba callendosele de la boca, estan reseguras que si te la prestan terminaras casandote con ella, solo tenes que informarla sutilmente que ella no te calienta ni 1/4 de grado centigrado, y que ella puede ser tu amiga pero que no le tocarias ni las manos.
ResponderEliminarNo existe nada mas tentador que aquello que sabes que jamas te mirará con otros ojos que no sean los de AMIGO.... y si le insinuas que ella no le puede levantar la temperatura a ningun hombre....ella se entregará solita.solo para demostrarte lo equivocado que estabas.