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martes, 30 de julio de 2013

Primera publicación escrita BAJO EL EFECTO DEL ALCOHOL: LAS MINAS PERFECTAS!

                Me tomo un break de este “fin de temporada” que les mencioné en la última publicación porque no hay nada mejor que estar tomando y que se te ocurra algo, por lo mismo les digo en este momento que la siguiente publicación la estoy escribiendo con un poco de pisco, ron y un trago el cual estoy recién conociendo en el cuerpo.  Y si se preguntan: “¿Cómo está escribiendo tan bien?”  Es porque lo que escribiré hoy día en la noche mañana lo leeré de nuevo y arreglaré algunas cosas, ya que el teclado ahora a las 4 de la mañana se está moviendo un poco y las letras no se ven como se verían a una hora más prudente.

                Hablando con amigos y amigas, salió el tema de la “mina perfecta”, esa weona que todos los calientes de mierda no sólo se la quieren cuchi – cuchear, sino que también en un mediano plazo se la quieren pololear, sí, leyeron bien, se la quieren pololear.  Ese momento en que los cocos de los machos alfas chilenos son puestos en una caja y nos ponemos todos a pololear.  “Cabros, hoy día carrete en mi casa.  QUEDEMOS PA’ LA CAGÁ.”  “No puedo ir, veré una película con mi polola.” “Puta, weón.  Por último dime que verán LOS INDESTRUCTIBLES.”  “No, weón, veré PD: TE AMO.” PUSSY.  Pero bueno, al fin y al cabo, todos queremos pololear, o eso es lo que nos hacen pensar.

                Si los weones en las películas y en las series siempre son tan felices pololeando, ¿Por qué no lo podemos ser nosotros en la vida real? “Fueron felices por siempre.” Suelen decir estos finales de Hollywood, y cuando nos pasa a nosotros es al revés.  “Pelearon, terminaron y se lo cagaron por siempre.”  Eso es un poco más real, dijo el despechado algo curado en la madrugada.  Pero imagínense, Jack era un weón pobre que se debe haber metido con una que otra mina en Inglaterra, y en un viaje que ganó a último minuto se encontró con su mina perfecta.  La weona tenía plata, era buena pal trece – trece y lo quería harto.  Era la mina perfecta pa’ este weón.  ¿El problema?  Iban en un viaje que no iba a tener un “happy ending”, es más, cuando conoces a una mina como Rose, deseas terminar con tu “herramienta masculina” funcionando de la mejor manera, ese no fue el caso del pobre Jack, quien terminó con su cosa hundida en el agua más fría del mundo y con los cocos parecidos a los de los pitufos por el frío.  Mal viaje, Jack, mal viaje. 

                Sin embargo todos tenemos a una mina perfecta.  En los gustos no hay nada escrito.  La mina apañadora a los partidos, la mina que apaña a tomar con los amigos, la mina que está dispuesta a probar “cosas nuevas” todos los sábados por la noche, esa es una mina perfecta, pero tal vez a alguien no les gusta así.  Homero, mi gran ídolo, mi sensei, encontró a la mina perfecta en Marge, una mujer ama de casa, una mujer que le deja pasar todos sus errores, una mujer que siempre cuando Homero se mandaba un cagaso y todos lo querían matar ella decía: “Es que no lo entienden.”  High Five para ti Marge, sabes mucho.

                Pero les cuento algo, pa’ mí la mina perfecta no tiene que salir de una serie.  Siempre he dicho, yo primero me fijo en los ojos, si los ojos de la weona me gustan, la mina me gusta.  Después de los ojos viene la nariz, y después de eso la comienzo a conocer y veo si es compatible con mi personalidad.  Una mina perfecta sacada de series para mí, sería Annie de “Community”.  Esta weona fue adicta a medicamentos por mucho tiempo y por eso perdió su beca.  ¿Le cagó la vida?  No, salió adelante, y ahora se esfuerza en ser la mejor en lo que estudia.  ¿Sus ojos y su nariz?  Son solo parte de su cuerpo perfecto, si no me creen busquen a Alison Brie en Google, es más rica que la mierda.  Aparte, yo por lo menos, odio a las weonas como la Ex – señora de Alan en “Two And a Half Men”, Juddie, que se juran secas en todo, yo prefiero a las weonas que se juran secas en una cosa, en lo que hacen, y si no son de verdad las mejores en eso, ¿Qué mejor que lo piensen?  Una mina con bajo autoestima, no te baja sólo el autoestima a ti, sino que te baja muchas cosas más, if you know what I mean.

                La mina perfecta no siempre es sacada de una serie.  Siempre me he hecho esta pregunta: “Todos piensan como sería su vida si fuese una película, ¿Qué pasaría si los personajes de las películas pensarían cómo sería sus vidas en la vida real?”  Por eso yo vivo mi vida como una serie o película.  Todas las mañanas me levanto y me miro al espejo y me hablo como si fuese una voz en off: “Y el Tommy se despertó, antes de iniciar su ducha matinal como todos los días, se miró al espejo e inició a hablar como la voz en off de Rojo de nuevo.”  No es tan perno si lo hacen, créanme. 

                ¿Pa’ que buscar al prototipo de mina perfecta en las series  y películas?  Porque lo vamos a encontrar.  Minas perfectas tales como: Rachel Green, Annie, Debra Morgan, Mónica Geller, Kate Austen, Candy, Rachel Berry, Penny, Hannah Montana (No me webén, porque es súper rica), TODAS LAS HOUSEWIFES, Khaleesi, etc.  En la pantalla chica y pantalla grande están las mejores mujeres, están  las más ricas y las más simpáticas, pero al mismo tiempo son las más falsas, porque a pesar de que pasemos 23 años buscándolas y viendo si es que de verdad existen (Como lo hizo un amigo…) nunca las vamos a encontrar.  Mejor buscar una mina en la pantalla real, una mina que puede que no sea igual de rica que Rachel, o que no cante tan bien como Hannah, o que no tenga tantas lucas como Khaleesi, pero que sea real.  Y si no llega la weona al tiro, puta mala cuéa, un muy buen escritor dijo una vez: “No hay espera que valga más la pena, como la que da como resultado algo que merece comentarlo.”  Si a mí me dicen que espere por mi Rachel Green un tiempo, lo voy a hacer.  Pero si me dicen que espere por mi Rose, ni cagando lo hago, en vola termino tirado en el mar con mis cocos de pitufos colgando de una tabla mientras la weona se salva para después casarse y tirarse a otro weón toda su vida.  Gajes del oficio. 

                Pero como esta publicación nació de una conversación un poco ebria, les diré cuál fue mi respuesta de la mina perfecta cuando me preguntaron, yo dije que era la que leyera mi blog, no mentira, pero igual todas ustedes mis lectoras son perfectas.  Lo que dije en verdad fue esto: Mi mina perfecta es la que aparece en el momento perfecto.  Ahora ustedes, mis lectoras, doblen su cabeza unos 30 grados y digan: “Aaaaaaw, lo quiero conocer, no sólo escribe bien y es mino, es súper tierno.”

                High Five para todos ustedes que se dan el tiempo pa’ leerme en sus vacaciones.  Un saludo cagado de frío desde el fin del mundo, porque para los que no saben, ahora vivo en Punta Arenas y mis cocos están muy cerca de ser como los de Jack.  Ya les contaré sobre esta experiencia. 


                Saludos.

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