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miércoles, 24 de julio de 2013

Las MUDANZAS y COMO NOS CAGAN

                Estoy viviendo un cambio de casa, ciudad y hasta parece de país la wea.  Me mudé de Viña a Punta Arenas para hacer mi práctica, la cual durará cinco meses.  Nada, ¿Cierto?  CINCO meses pasan volando, dicen por ahí.  Pero el hecho de cambiarse de casa conlleva a tantas weas.  Primero está la puta mudanza, se ve tan simple pasar un par de prendas de vestir a una maleta, pero cuando el proceso comienza queda la cagada.  Todo lo ponemos ordenado, polerones con polerones, pantalones con pantalones.  Todo perfect.  Pero siempre cuando estamos viajando, ya no tenemos opción para volver a la casa, le decimos a alguien: “Estoy seguro que se me queda algo importante.”  Y comienzas a pensar en lo importante que se te puede haber quedado, pero nada se te cruza la mente.  A mí me pasó eso, y cuando llegué a mi casa me di cuenta que no tenía cepillo de dientes, afeitadora, desodorante, calcetines y algunos calzoncillos.  Muy bien, Tommy.  Un día entero pasado a sobaco y con aliento de mierda.  No se preocupen, señoritas, que ya arreglé todo eso.  Trece – Trece.

                Pero lo peor de estos viajes largos y mudanzas, son los sentimientos que vienen con él.  Está la emoción, nerviosismo y ansiedad, pero también está la puta nostalgia.  Maldita y sensual nostalgia.  Pero hay que verla de un lado divertido, como lo muestran en Friends cuando Joey se muda y deja a Chandler solo.  La imagen típica que se ve en ese capítulo y también pasa en la vida real, es cuando miramos por la ventana escuchando música como Rascall Flats o Kilómetros de Sin Banderas.  Y aunque las leyendas digan otras cosas, las mujeres son menos nostálgicas que los hombres.  Cuando viaje al aeropuerto me acompañaron mis dos mejores amigos, un hombre y una mujer, y todo el camino me fui webeando a la mujer porque iba a llorar.  Acto seguido: Al despedirme de mi amigo nuestros ojos se vieron un poco sudosos, y al despedirme de mi amiga sus ojos estaba más secos que pussy de momia.  Fail para los hombres.  High Five pa’ las mujeres sin sentimientos.

                Pero, ¿Qué más tienen los viajes?  El hecho de querer conocer.  Yo soy un huaso en todas partes del mundo.  Cuando voy a Santiago aún me sorprendo con el metro, y acá en Punta Arenas es lo mismo.  Por ejemplo, ayer comenzó a nevar y lo primero que hice fue salir corriendo a la nieve como cabro chico y sacarme fotos.  ¿Qué tiene de malo? Se me olvido que no estoy en Viña y salí más desabrigado que la mierda.  Acto seguido: Esto lo estoy escribiendo acostado, enfermo y con pañuelitos por toda la cama.  Y lo peor es que me vengo a Punta Arenas, la cual es una ciudad la zorra, muy linda, pero acá es como venir a otro país.  Si cuando Longueira se bajó de candidato fue el mismo día que eligieron a la reina de invierno, y todos estaban atentos a esa noticia.  Y debido a lo brígido que son acá, hasta las palabras cambian.  Weón, yo quería salir a tomar con algunos amigos y ellos me dicen: “Quedemos como MAZO”  ¿Mazo?  ¿A lo “Mitos y Leyendas”?, “¿Cartas Poquemón?” No, weón.  Quedar como MAZO es curarse.  Pero, ¿Por qué no pueden decir: QUEDEMOS HECHO PENE, como el resto?  O por último: Tomemos hasta apagar tele.  No entiendo.

                Aunque si pensar que el “idioma” o las “despedidas” son pencas, lo peor que me pasa es cuando quiero ver tele y TODOS los canales son diferentes.  Aprenderse los números de canales de televisión es una paja.  En Viña el 45 es el HBO, y ahí veo todas mis películas.  Llegué a PUQ puse el 45 y no entendía lo que estaba pasando, así que puse el 36, que es el Warner en Viña, y otra vez todo era distinto.  WHAT DA FUCK?  ¿Por qué mierda me cambian los canales?  Algo parecido me pasó con mi primera ducha.  En Viña el agua pa’ que esté caliente la ponemos al máximo y ahí nos sale rica pa’ la ducha.  Acá en Punta Arenas si haces eso te vas a la mierda.  Hay que poner la perilla a la mitad y está bien.  Bueno, yo no sabía eso, así que la puse al máximo, me metí a la ducha y pegué un grito, debo admitir no muy masculino, y salí corriendo de la ducha a una esquina y chuparme el dedo.  Ahora cada vez que me quiero duchar miro desafiante a la ducha.  Es mi nueva némesis. 

                Pero bueno, por lo menos mi cambio no fue tan malo como el de los personajes de “Lost” y tampoco creo que mi personalidad cambie como la de Mr. White en Breaking Bad (Que a todo esto no queda nada pa’ que comience la temporada.  OMG.)  Y aprovechando el cambio y que mi nostalgia por el sol en Viña me tiene un poco cagado, les comunico que este es el fin de temporada de mi blog.  (Ahora les baja la nostalgia a ustedes)  La razón es porque me quiero acomodar y descansar antes de partir trabajando.  Los dejo con la misión de darme ideas pa’ escribir, siempre son bien recibidas en Twitter, pero acá igual me las pueden dar en los comentarios.


                High Five desde el sur de Chile y el mundo.  Y si vienen a Punta Arenas les pido muchos Tapsin y ropa calentita.  Nos leemos próximamente, a menos que mis resfríos me terminen por matar.  Chao, fieles lectores.  Nos vemos en la otra temporada. 

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