Estoy
viviendo un cambio de casa, ciudad y hasta parece de país la wea. Me mudé de Viña a Punta Arenas para hacer mi
práctica, la cual durará cinco meses.
Nada, ¿Cierto? CINCO meses pasan
volando, dicen por ahí. Pero el hecho de
cambiarse de casa conlleva a tantas weas.
Primero está la puta mudanza, se ve tan simple pasar un par de prendas
de vestir a una maleta, pero cuando el proceso comienza queda la cagada. Todo lo ponemos ordenado, polerones con
polerones, pantalones con pantalones.
Todo perfect. Pero siempre cuando
estamos viajando, ya no tenemos opción para volver a la casa, le decimos a
alguien: “Estoy seguro que se me queda algo importante.” Y comienzas a pensar en lo importante que se
te puede haber quedado, pero nada se te cruza la mente. A mí me pasó eso, y cuando llegué a mi casa
me di cuenta que no tenía cepillo de dientes, afeitadora, desodorante, calcetines
y algunos calzoncillos. Muy bien,
Tommy. Un día entero pasado a sobaco y
con aliento de mierda. No se preocupen,
señoritas, que ya arreglé todo eso.
Trece – Trece.
Pero lo
peor de estos viajes largos y mudanzas, son los sentimientos que vienen con
él. Está la emoción, nerviosismo y
ansiedad, pero también está la puta nostalgia.
Maldita y sensual nostalgia. Pero
hay que verla de un lado divertido, como lo muestran en Friends cuando Joey se
muda y deja a Chandler solo. La imagen
típica que se ve en ese capítulo y también pasa en la vida real, es cuando
miramos por la ventana escuchando música como Rascall Flats o Kilómetros de Sin
Banderas. Y aunque las leyendas digan
otras cosas, las mujeres son menos nostálgicas que los hombres. Cuando viaje al aeropuerto me acompañaron mis
dos mejores amigos, un hombre y una mujer, y todo el camino me fui webeando a
la mujer porque iba a llorar. Acto
seguido: Al despedirme de mi amigo nuestros ojos se vieron un poco sudosos, y
al despedirme de mi amiga sus ojos estaba más secos que pussy de momia. Fail para los hombres. High Five pa’ las mujeres sin sentimientos.
Pero,
¿Qué más tienen los viajes? El hecho de
querer conocer. Yo soy un huaso en todas
partes del mundo. Cuando voy a Santiago aún
me sorprendo con el metro, y acá en Punta Arenas es lo mismo. Por ejemplo, ayer comenzó a nevar y lo
primero que hice fue salir corriendo a la nieve como cabro chico y sacarme
fotos. ¿Qué tiene de malo? Se me olvido
que no estoy en Viña y salí más desabrigado que la mierda. Acto seguido: Esto lo estoy escribiendo
acostado, enfermo y con pañuelitos por toda la cama. Y lo peor es que me vengo a Punta Arenas, la
cual es una ciudad la zorra, muy linda, pero acá es como venir a otro
país. Si cuando Longueira se bajó de
candidato fue el mismo día que eligieron a la reina de invierno, y todos
estaban atentos a esa noticia. Y debido
a lo brígido que son acá, hasta las palabras cambian. Weón, yo quería salir a tomar con algunos
amigos y ellos me dicen: “Quedemos como MAZO”
¿Mazo? ¿A lo “Mitos y Leyendas”?,
“¿Cartas Poquemón?” No, weón. Quedar
como MAZO es curarse. Pero, ¿Por qué no
pueden decir: QUEDEMOS HECHO PENE, como el resto? O por último: Tomemos hasta apagar tele. No entiendo.
Aunque
si pensar que el “idioma” o las “despedidas” son pencas, lo peor que me pasa es
cuando quiero ver tele y TODOS los canales son diferentes. Aprenderse los números de canales de
televisión es una paja. En Viña el 45 es
el HBO, y ahí veo todas mis películas.
Llegué a PUQ puse el 45 y no entendía lo que estaba pasando, así que
puse el 36, que es el Warner en Viña, y otra vez todo era distinto. WHAT DA FUCK?
¿Por qué mierda me cambian los canales?
Algo parecido me pasó con mi primera ducha. En Viña el agua pa’ que esté caliente la
ponemos al máximo y ahí nos sale rica pa’ la ducha. Acá en Punta Arenas si haces eso te vas a la
mierda. Hay que poner la perilla a la
mitad y está bien. Bueno, yo no sabía
eso, así que la puse al máximo, me metí a la ducha y pegué un grito, debo
admitir no muy masculino, y salí corriendo de la ducha a una esquina y chuparme
el dedo. Ahora cada vez que me quiero
duchar miro desafiante a la ducha. Es mi
nueva némesis.
Pero
bueno, por lo menos mi cambio no fue tan malo como el de los personajes de “Lost”
y tampoco creo que mi personalidad cambie como la de Mr. White en Breaking Bad
(Que a todo esto no queda nada pa’ que comience la temporada. OMG.)
Y aprovechando el cambio y que mi nostalgia por el sol en Viña me tiene
un poco cagado, les comunico que este es el fin de temporada de mi blog. (Ahora les baja la nostalgia a ustedes) La razón es porque me quiero acomodar y descansar
antes de partir trabajando. Los dejo con
la misión de darme ideas pa’ escribir, siempre son bien recibidas en Twitter,
pero acá igual me las pueden dar en los comentarios.
High
Five desde el sur de Chile y el mundo. Y
si vienen a Punta Arenas les pido muchos Tapsin y ropa calentita. Nos leemos próximamente, a menos que mis
resfríos me terminen por matar. Chao,
fieles lectores. Nos vemos en la otra
temporada.
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