En
Chile hace tiempo que es un tema importante entre los jóvenes, un tema que
causa revuelo en las redes sociales todos los fines de semanas en la mañana, y
está en boca de todos durante la semana.
Ha ido creciendo más rápido que la fama de puta de la Vale Roth y es
inevitable que alguno de ustedes, mis pocos, pero fieles lectores, no hayan
estado cerca de ella. A pesar de los
dolores que nos entrega es más querida que la Bachelet y como la mala hierba
siempre vuelve, les estoy hablando de nuestra gran amiga, la que nos despierta
en la mañana y nos acuesta en la noche: La caña. Nombres como el hachazo y resaca también se
le atribuyen, pero la CAÑA es su nombre más conocido y por el cual todos la
llamamos. Maldita, estúpida, pero
sensual caña.
Un
sábado o domingo en la mañana es inevitable despertarse con ella al lado, pero
a veces es peor lo que conlleva la caña, y por su culpa no solo nos despertamos
con ella en la cama. Una caña muy
asquerosa es el resultado de una tomadera poco digna y de poco caballero. Peor de los casos es en la película “Iren, Yo
y mi otro Yo”, cuando Jim Carrey se despierta sin saber lo que había pasado,
pero con una mansa mina al lado, ¿El problema?
Fue que también se despertó con dolor de poto y un dildo en la cama…saque
sus conclusiones.
Otra
cosa que conlleva la caña son las preguntas que se nos vienen a la cabeza
debida a ella. La típica, hasta hicieron
una película con ella, es: ¿Qué pasó ayer?
Aunque peor aún es cuando nos preguntamos, ¿Quién es esta weona? Y hay una mina que nunca hemos visto acostada
con nosotros en un motel de Valparaíso y mucho vómito al costado de la cama. ¿A quién no le ha pasado? ¿Nadie?
A mí tampoco…chúpenla.
Pero si
preguntarnos a nosotros mismos qué mierda hicimos o pasó la noche anterior, que
nos cuenten nuestros amigos es aún peor.
“Weón, te fuiste con la guatona culiá a lo oscurito. Chancho de mierda.” Igual piola si te lo dice por interno o
cuando están solos, pero los chilenos tenemos el afán y este maldito fetiche de
querer ver en el suelo y avergonzado a nuestros mejores amigos. Así que todo lo que hizo nuestro querido
amigo en la noche anterior lo publicamos en su muro de Facebook, el mismo
Facebook en el cual tiene como amigos a toda su familia.
Pero no
siempre es algo relacionado con sexo lo que nos hace arrepentirnos en la mañana
por culpa de la caña y el alcohol, también nos arrepentimos de nuestras
actitudes estúpidas y poco dignas. La
weona que dijo lo del Kiko sabe de lo que estoy hablando. ¿Por qué lo hice? O ¿Por qué dije eso? O ¿Por
qué mierda llamé a mi ex? Son preguntas
tan comunes como ver fotos en pelota de la Vale Roth en un matinal. Por ejemplo hace dos semanas salí con dos
amigos a tomar, todo partió piola, unas chelas en el Colmáo y después sus
piscolas en Calle Valpo, pero no podía terminar ahí. Nos compramos un tequila de 4 lucas y tomamos
por algún antro de esos sectores. Acto
seguido: Nadie sabe lo que pasó, menos uno, el que no quiso tomar tanto. Ahora ese personaje que no fue tan
protagonista la noche anterior es quien se transforma en el omnipotente y nos
cuenta todo lo que pasó. A mí me dijo
que me agarré a mocha, y como weón comencé a buscar moretones por algún lugar,
pero no había nada, así que asumí que había ganado fácilmente. Hasta que este weón de mi amigo me dijo que
mi “contrincante” fue un basurero y le saqué la cresta por faltarme el
respeto. Malditos basureros, admitan que
alguna vez les quisieron pegar por ser tan falta de respeto y hablar tanta mierda. #ChisteFomeDetected. Cállense.
Imagínense
cuántas veces Charlie Harper o Joey Tribianni se despertaron haciéndose unas de
estas preguntas. Pero el mejor amigo de la
caña dentro de la pantalla chica no es otro que el gran Homero Simpson. Y este weón siempre tiene las peores cañas:
Las cañas cerveceras. Porque sí, hay
varios tipos de cañas. Está la Ca-Caña,
que es cuando el alcohol consumido la noche anterior nos cita por largas horas
al baño, y no solo nosotros sufrimos, sino que también la persona que va al
baño después de nosotros. También está
la “Caña Seca”, esa caña es la más común y es la que nos deja la boca más seca
que pussy de momia. La Caña Marihuanera
es otra, esta caña no es por el consumo de marihuana, pero nos levantamos con
los ojos más rojos que la cresta y pareciera que hubiésemos fumado un camión de
weed. Y por último está la “Caña
Insomnio”, esa puta caña que nos hace despertarnos dos horas después de que nos
acostamos y el dolor que viene con ella no nos deja seguir durmiendo.
Todas
estas cañas y muchas más son las que nos acompañan, nos abrigan y nos hacen
odiar el alcohol por un tiempo. Pero la
caña es como cuando la polola no quiere cuchi-cuchi una noche. La odiamos en ese momento, pero por alguna
razón volvemos a ella en busca de su “néctar” (SHIAAAAAAA) otra noche.
“No
eres tú, eres lo que viene después de ti”
Le dijo el alcohólico al copete.
Saludos, estimados lectores.
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