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martes, 9 de julio de 2013

La CAÑA

                En Chile hace tiempo que es un tema importante entre los jóvenes, un tema que causa revuelo en las redes sociales todos los fines de semanas en la mañana, y está en boca de todos durante la semana.  Ha ido creciendo más rápido que la fama de puta de la Vale Roth y es inevitable que alguno de ustedes, mis pocos, pero fieles lectores, no hayan estado cerca de ella.  A pesar de los dolores que nos entrega es más querida que la Bachelet y como la mala hierba siempre vuelve, les estoy hablando de nuestra gran amiga, la que nos despierta en la mañana y nos acuesta en la noche: La caña.  Nombres como el hachazo y resaca también se le atribuyen, pero la CAÑA es su nombre más conocido y por el cual todos la llamamos.  Maldita, estúpida, pero sensual caña.

                Un sábado o domingo en la mañana es inevitable despertarse con ella al lado, pero a veces es peor lo que conlleva la caña, y por su culpa no solo nos despertamos con ella en la cama.  Una caña muy asquerosa es el resultado de una tomadera poco digna y de poco caballero.  Peor de los casos es en la película “Iren, Yo y mi otro Yo”, cuando Jim Carrey se despierta sin saber lo que había pasado, pero con una mansa mina al lado, ¿El problema?  Fue que también se despertó con dolor de poto y un dildo en la cama…saque sus conclusiones.

                Otra cosa que conlleva la caña son las preguntas que se nos vienen a la cabeza debida a ella.  La típica, hasta hicieron una película con ella, es: ¿Qué pasó ayer?  Aunque peor aún es cuando nos preguntamos, ¿Quién es esta weona?  Y hay una mina que nunca hemos visto acostada con nosotros en un motel de Valparaíso y mucho vómito al costado de la cama.  ¿A quién no le ha pasado?  ¿Nadie?  A mí tampoco…chúpenla. 

                Pero si preguntarnos a nosotros mismos qué mierda hicimos o pasó la noche anterior, que nos cuenten nuestros amigos es aún peor.  “Weón, te fuiste con la guatona culiá a lo oscurito.  Chancho de mierda.”  Igual piola si te lo dice por interno o cuando están solos, pero los chilenos tenemos el afán y este maldito fetiche de querer ver en el suelo y avergonzado a nuestros mejores amigos.  Así que todo lo que hizo nuestro querido amigo en la noche anterior lo publicamos en su muro de Facebook, el mismo Facebook en el cual tiene como amigos a toda su familia.

                Pero no siempre es algo relacionado con sexo lo que nos hace arrepentirnos en la mañana por culpa de la caña y el alcohol, también nos arrepentimos de nuestras actitudes estúpidas y poco dignas.  La weona que dijo lo del Kiko sabe de lo que estoy hablando.  ¿Por qué lo hice? O ¿Por qué dije eso? O ¿Por qué mierda llamé a mi ex?  Son preguntas tan comunes como ver fotos en pelota de la Vale Roth en un matinal.  Por ejemplo hace dos semanas salí con dos amigos a tomar, todo partió piola, unas chelas en el Colmáo y después sus piscolas en Calle Valpo, pero no podía terminar ahí.  Nos compramos un tequila de 4 lucas y tomamos por algún antro de esos sectores.  Acto seguido: Nadie sabe lo que pasó, menos uno, el que no quiso tomar tanto.  Ahora ese personaje que no fue tan protagonista la noche anterior es quien se transforma en el omnipotente y nos cuenta todo lo que pasó.  A mí me dijo que me agarré a mocha, y como weón comencé a buscar moretones por algún lugar, pero no había nada, así que asumí que había ganado fácilmente.  Hasta que este weón de mi amigo me dijo que mi “contrincante” fue un basurero y le saqué la cresta por faltarme el respeto.  Malditos basureros, admitan que alguna vez les quisieron pegar por ser tan falta de respeto y hablar tanta mierda.  #ChisteFomeDetected.  Cállense. 

                Imagínense cuántas veces Charlie Harper o Joey Tribianni se despertaron haciéndose unas de estas preguntas.  Pero el mejor amigo de la caña dentro de la pantalla chica no es otro que el gran Homero Simpson.  Y este weón siempre tiene las peores cañas: Las cañas cerveceras.  Porque sí, hay varios tipos de cañas.  Está la Ca-Caña, que es cuando el alcohol consumido la noche anterior nos cita por largas horas al baño, y no solo nosotros sufrimos, sino que también la persona que va al baño después de nosotros.  También está la “Caña Seca”, esa caña es la más común y es la que nos deja la boca más seca que pussy de momia.  La Caña Marihuanera es otra, esta caña no es por el consumo de marihuana, pero nos levantamos con los ojos más rojos que la cresta y pareciera que hubiésemos fumado un camión de weed.  Y por último está la “Caña Insomnio”, esa puta caña que nos hace despertarnos dos horas después de que nos acostamos y el dolor que viene con ella no nos deja seguir durmiendo. 

                Todas estas cañas y muchas más son las que nos acompañan, nos abrigan y nos hacen odiar el alcohol por un tiempo.  Pero la caña es como cuando la polola no quiere cuchi-cuchi una noche.  La odiamos en ese momento, pero por alguna razón volvemos a ella en busca de su “néctar” (SHIAAAAAAA) otra noche.


                “No eres tú, eres lo que viene después de ti”  Le dijo el alcohólico al copete.  Saludos, estimados lectores.

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