Me tomo
un break de este “fin de temporada” que les mencioné en la última publicación
porque no hay nada mejor que estar tomando y que se te ocurra algo, por lo
mismo les digo en este momento que la siguiente publicación la estoy
escribiendo con un poco de pisco, ron y un trago el cual estoy recién
conociendo en el cuerpo. Y si se
preguntan: “¿Cómo está escribiendo tan bien?”
Es porque lo que escribiré hoy día en la noche mañana lo leeré de nuevo
y arreglaré algunas cosas, ya que el teclado ahora a las 4 de la mañana se está
moviendo un poco y las letras no se ven como se verían a una hora más prudente.
Hablando
con amigos y amigas, salió el tema de la “mina perfecta”, esa weona que todos
los calientes de mierda no sólo se la quieren cuchi – cuchear, sino que también
en un mediano plazo se la quieren pololear, sí, leyeron bien, se la quieren
pololear. Ese momento en que los cocos
de los machos alfas chilenos son puestos en una caja y nos ponemos todos a
pololear. “Cabros, hoy día carrete en mi
casa. QUEDEMOS PA’ LA CAGÁ.” “No puedo ir, veré una película con mi
polola.” “Puta, weón. Por último dime
que verán LOS INDESTRUCTIBLES.” “No, weón,
veré PD: TE AMO.” PUSSY. Pero bueno, al
fin y al cabo, todos queremos pololear, o eso es lo que nos hacen pensar.
Si los
weones en las películas y en las series siempre son tan felices pololeando,
¿Por qué no lo podemos ser nosotros en la vida real? “Fueron felices por
siempre.” Suelen decir estos finales de Hollywood, y cuando nos pasa a nosotros
es al revés. “Pelearon, terminaron y se
lo cagaron por siempre.” Eso es un poco
más real, dijo el despechado algo curado en la madrugada. Pero imagínense, Jack era un weón pobre que
se debe haber metido con una que otra mina en Inglaterra, y en un viaje que
ganó a último minuto se encontró con su mina perfecta. La weona tenía plata, era buena pal trece –
trece y lo quería harto. Era la mina
perfecta pa’ este weón. ¿El
problema? Iban en un viaje que no iba a
tener un “happy ending”, es más, cuando conoces a una mina como Rose, deseas
terminar con tu “herramienta masculina” funcionando de la mejor manera, ese no
fue el caso del pobre Jack, quien terminó con su cosa hundida en el agua más
fría del mundo y con los cocos parecidos a los de los pitufos por el frío. Mal viaje, Jack, mal viaje.
Sin
embargo todos tenemos a una mina perfecta.
En los gustos no hay nada escrito.
La mina apañadora a los partidos, la mina que apaña a tomar con los
amigos, la mina que está dispuesta a probar “cosas nuevas” todos los sábados
por la noche, esa es una mina perfecta, pero tal vez a alguien no les gusta
así. Homero, mi gran ídolo, mi sensei,
encontró a la mina perfecta en Marge, una mujer ama de casa, una mujer que le
deja pasar todos sus errores, una mujer que siempre cuando Homero se mandaba un
cagaso y todos lo querían matar ella decía: “Es que no lo entienden.” High Five para ti Marge, sabes mucho.
Pero
les cuento algo, pa’ mí la mina perfecta no tiene que salir de una serie. Siempre he dicho, yo primero me fijo en los
ojos, si los ojos de la weona me gustan, la mina me gusta. Después de los ojos viene la nariz, y después
de eso la comienzo a conocer y veo si es compatible con mi personalidad. Una mina perfecta sacada de series para mí,
sería Annie de “Community”. Esta weona
fue adicta a medicamentos por mucho tiempo y por eso perdió su beca. ¿Le cagó la vida? No, salió adelante, y ahora se esfuerza en
ser la mejor en lo que estudia. ¿Sus
ojos y su nariz? Son solo parte de su
cuerpo perfecto, si no me creen busquen a Alison Brie en Google, es más rica
que la mierda. Aparte, yo por lo menos,
odio a las weonas como la Ex – señora de Alan en “Two And a Half Men”, Juddie,
que se juran secas en todo, yo prefiero a las weonas que se juran secas en una
cosa, en lo que hacen, y si no son de verdad las mejores en eso, ¿Qué mejor que
lo piensen? Una mina con bajo
autoestima, no te baja sólo el autoestima a ti, sino que te baja muchas cosas
más, if you know what I mean.
La mina
perfecta no siempre es sacada de una serie.
Siempre me he hecho esta pregunta: “Todos piensan como sería su vida si
fuese una película, ¿Qué pasaría si los personajes de las películas pensarían
cómo sería sus vidas en la vida real?”
Por eso yo vivo mi vida como una serie o película. Todas las mañanas me levanto y me miro al
espejo y me hablo como si fuese una voz en off: “Y el Tommy se despertó, antes
de iniciar su ducha matinal como todos los días, se miró al espejo e inició a
hablar como la voz en off de Rojo de nuevo.”
No es tan perno si lo hacen, créanme.
¿Pa’
que buscar al prototipo de mina perfecta en las series y películas?
Porque lo vamos a encontrar.
Minas perfectas tales como: Rachel Green, Annie, Debra Morgan, Mónica
Geller, Kate Austen, Candy, Rachel Berry, Penny, Hannah Montana (No me webén,
porque es súper rica), TODAS LAS HOUSEWIFES, Khaleesi, etc. En la pantalla chica y pantalla grande están
las mejores mujeres, están las más ricas
y las más simpáticas, pero al mismo tiempo son las más falsas, porque a pesar
de que pasemos 23 años buscándolas y viendo si es que de verdad existen (Como
lo hizo un amigo…) nunca las vamos a encontrar.
Mejor buscar una mina en la pantalla real, una mina que puede que no sea
igual de rica que Rachel, o que no cante tan bien como Hannah, o que no tenga
tantas lucas como Khaleesi, pero que sea real.
Y si no llega la weona al tiro, puta mala cuéa, un muy buen escritor
dijo una vez: “No hay espera que valga más la pena, como la que da como
resultado algo que merece comentarlo.”
Si a mí me dicen que espere por mi Rachel Green un tiempo, lo voy a
hacer. Pero si me dicen que espere por
mi Rose, ni cagando lo hago, en vola termino tirado en el mar con mis cocos de
pitufos colgando de una tabla mientras la weona se salva para después casarse y
tirarse a otro weón toda su vida. Gajes
del oficio.
Pero
como esta publicación nació de una conversación un poco ebria, les diré cuál
fue mi respuesta de la mina perfecta cuando me preguntaron, yo dije que era la
que leyera mi blog, no mentira, pero igual todas ustedes mis lectoras son
perfectas. Lo que dije en verdad fue
esto: Mi mina perfecta es la que aparece en el momento perfecto. Ahora ustedes, mis lectoras, doblen su cabeza
unos 30 grados y digan: “Aaaaaaw, lo quiero conocer, no sólo escribe bien y es
mino, es súper tierno.”
High
Five para todos ustedes que se dan el tiempo pa’ leerme en sus vacaciones. Un saludo cagado de frío desde el fin del mundo,
porque para los que no saben, ahora vivo en Punta Arenas y mis cocos están muy
cerca de ser como los de Jack. Ya les
contaré sobre esta experiencia.
Saludos.