Hay todo tipo de personas, como también hay todo tipo de
personajes. Hay personajes cómicos y
otros más serios, hay algunos que cae pésimo y otros caen filete. Eso es lo lindo de las series, el guionista
crea un mundo ficticio con integrantes para todos los gustos. Hay personas que no pueden ver series o
películas de miedo, y otros no soportan ver las cosas mamonas. Pero siempre hay una serie para todos y un
personaje que nos llama más la atención.
Es nuestro personaje favorito y a veces no vemos la serie, si vemos al
personaje. Uno que cambia toda la
perspectiva que tenemos sobre la historia.
Y como
existen personajes de todo tipo dentro de las series, también existen esos
personajes fuera de ellas. Hay un
personaje de series que quedó marcado como el “desubicado” o nervioso. Al final cambió un poco, pero esos rasgos
siempre quedaron en su esencia. Chandler
Bing, uno de los seis amigos que tomaban café en “Central Perk”. Este weón era desubicado, pero era un
desubicado asumido. Nunca decía lo
correcto en el momento correcto. Es más
en un capítulo él dice que cuando se pone nervioso dice chistes inadecuados
para el momento. Grande, Chandler. Pero aunque nos riamos de sus desubicadas en
la tele, tenemos más que claro que cuando ocurren en la vida real son la peor
weá que nos podría pasar. Todos tenemos
un amigo desubicado y a veces todos nos mandamos esas desubicadas.
La
desubicada más brígida de Chandler puede ser cuando sin querer se sentó en
pelotas arriba de su suegro. Es
divertida, pero muy rebuscada. La
desubicada más común en la vida real es la de la “Ex”. Típico que estamos carreteando y aparece este
weón desubicado y nos pregunta: “Oye, ¿Cómo está tu polola?” Miramos al suelo y entre tristes y enojados
decimos que nos pateó hace tres semanas.
“Ah, puta, con razón la vi agarrándose a tu hermano la otra vez.” En ese momento el weón solo quiere
arreglarlas y subirnos el ánimo, y cuando se da cuenta que ya se aweonó aún más
nos mira nervioso y dice: “Pero no te preocupís, si siempre fue maraca.” Vale, weón.
En menos de un minuto me acabas de recordar que me patearon, que mi ex
se está agarrando a todo el mundo y aparte que la weona es maraca. ¿A quién no le ha pasado algo así?
Otra
manera brígida de desubicarse, que también ocurre en un capítulo de Friends, es
cuando celebras que te está pasando algo bueno y a un amigo tuyo le acaba de
pasar una desgracia. Como cuando Ross
celebra que lo ascendieron y que nunca lo van a poder despedir, y Rachel acaba
de ser despedida y perdió otra oportunidad de conseguir un nuevo trabajo. Es como cuando llegamos a fin de semestre y
estamos todos celebrando que pasamos los ramos, que cada vez queda menos para
salir de esa wea llamada “Universidad”, hacemos faroles, carreteamos y tiramos
tallas de como todos zafamos. Pero sin
darnos cuenta aparece el Juanito, que se echó todos los ramos y el weón está pa’
la cagá. Ahí en verdad no es tan
desubicado, más que nada el weón por pajero se merece que celebren en su cara…pero
como amigos como yo, ¿Quién necesita enemigos?
Otra de
las desubicadas comunes hoy en día y que también nuestro amigo Chandler suele
hacer muy seguido es la de los chistes.
A mí por lo menos me ocurre que cuando estoy en un momento incómodo tiro
chiste que no son muy ideales para el momento.
Es como ir con la familia de tu polola a misa, todos son bien religiosos
y tú eres un ateo. No crees en nada pero
para quedar bien con los suegros o los cuñados pones atención sobre lo que dice
ese viejito en la “casa del señor”. Al
final de la misa todos salen y comentan lo que pasó. Tú no tienes ni puta de lo que están
hablando, de los santos, de que la virgen, de que esto otro, y te acuerdas de
un chiste que te contó un amigo hace tiempo relacionado con la iglesia. En ese momento hay que pensar antes de
hablar, y créanme que se van a dar cuenta que el chiste no era muy oportuno
para ese momento. “Dicen que Jesús murió
de tres clavos solamente, como aún no muere tu hermana que la ha clavado tanta
gente.” Mejor nos callamos. Y aunque suene muy fantástico, yo suelo
mandarme desubicadas así.
Pero de
tanta desubicada chistosa, hay una que te caga entero. Decirle “Te quiero” a una mina que estay
weando y que la mina te quede mirando, se quede callada y no te responda nada,
o puede responderte: “Gracias.” Esa es
la desubicada que te deja como el pobre weón.
Pasas que acosan, cosas que pasan.
La
lección es que hay que saber en qué momento decir o hacer las cosas. Yo nunca se los momentos, y si alguna vez me
ven hablar y hablar y no parar de hablar, es o porque estoy muy curado, o me
siento más incómodo que la puta madre.
Al fin y al cabo los que me conocen siempre me han comparado con
Chandler Bing. Soy desubicado, nervioso
y rollento. Pero si no fuese así nunca
me mandaría mis #TommyCosas. Así que
High Five para Chandler y todos los desubicados del mundo. Touché.
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