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domingo, 6 de octubre de 2013

Desiluciones amorosas

                Hoy día me han roto el corazón, me han tirado al suelo y me han dejado botado.  Una parte de mi infancia y de mi vida se ha ido a la mierda.  Vi la película de Dragon Ball…cuando supe que iba a salir esta esperada película me sentí más emocionado que weón que va a tirar por primera vez y ve como la mina de a poco le suelta el mapache, como dicen en el club de la comedia, me emocioné y esperé con ansias ese glorioso día en que la podría ver en el cine.  Es más, cuando me enteré que la película estaba online no quise verla, porque sería una falta de respeto no ir a ver esa película al cine, tal cual como lo hice con la gran película, que no me decepcionó, de Los Simpsons.  Pero llegó el día, este domingo seis de octubre del año dos mil trece, y me senté en le segunda fila de arriba hacia abajo en el cine del mall de Punta Arenas, con un amigo y cuatro hijos de otra amiga, a quien me ofrecí a llevar, esperanzado mientras pasaban los trailers, emocionado como puta antes de “debutar” por primera vez…y llegó el momento, tal como decían en “Rojo, fama contra fama”.  Llegó el momento y de a poco esta serie que me ha dado tantas alegrías, me comenzó a destruir por dentro.

                Lanzaré muchos spoilers, así que si no han visto la película, primero considérense afortunados y no la vean, y segundo no sigan leyendo.  El Dios de la destrucción se llama Bilz, tal como la bebida, y su ayudante es maricón.  La pelea comienza porque Majin Boo no quiere darle pudín al weón, y este se enoja porque tenía hambre y quería comer.   Y cuando por fin aparece Gokú en su máximo esplendor y se emprende a pelear con el hermano del Dios Pap, vemos una pelea que no le llega ni a los talones a las batallas de Cell o Freazer.  Me acababan de romper el corazón.

                Yo he sufrido por amor, muchas veces, he escuchado Reik y Sin Banderas en una pieza oscura mientras me fumo un cigarro y veo Titanic o The Notebook, he jurado no volver a amar y todas esas weas que hacemos cuando quedamos como Tinkiwinki cuando descubre que Lala se lo está cagando con Dipzi.  Y así estoy ahora.  Es como ver una película de Los Simpsons y que Homero entre en razón y no cometa una estupidez, es como si de verdad Homero hubiese tirado los desechos del Puerco Araña a un basural y no al lago.  Es la pena de amor más grande.  Porque mujeres irán y se irán, así son ellas, malvadas como el demonio del Conjuro, pero las series y películas no.  Siempre nos dan una trama que nos mantiene interesados, y a pesar de que entremedio la cosa se pone fea, el final siempre es alegre.  Pero cuando  viene un conche de tu madre y hace lo que acaba de hacer con una de las mejores series de mi infancia, y la destruye por completo en menos de dos horas, sólo puedo decir esto: “A ti, creador de aquel película, te maldigo…”

                Una mina rica se hace amiga tuya, se juntan muy seguido y la relación se pone intensa, nunca le has dado un beso, mucho menos un cuchi – cuchi, pero sueñas con hacerlo.  Llega el momento y todos tus amigos te dicen que te tires, si hay alguna chispa entre ustedes, ¿Qué puede salir mal?

-          “Amiga, te quiero decir algo que hace tiempo me está pasando…”
-          “Oh, ¿Qué pasa amigo?  Puede decirme lo que quieras.”
-          “Me gustas…más que amiga…creo que podemos tener algo más…”

Acto seguido: Ella te dice que no siente lo mismo, pero que quiere seguir siendo tu amiga…todo “bien”, por lo menos siguen siendo “amigos”, pero llegas a tu casa y le vas a twittear algo y te bloqueó de su cuenta, le vas a preguntar por qué en Facebook y te bloqueó de Facebook, la llamas a su celular y te bloqueó del celular, y por último la vas a buscar a su casa y la weona se está tirando a tu hermano.  Eso es lo que yo sentí cuando se acabó la película.  Una gran pena de amor.

Las penas de amor hacen a los alcohólicos.  Las penas de amor crean a los suicidas.  Las penas de amor son una mierda…pero  la pena de amor más grande que he sentido es la que tengo en este momento.  Gokú, Vegeta, Píkolo, Mr. Satán, ya no son lo mismo que eran antes.  Ahora al igual que en otras penas de amor sólo me queda una opción: Tomar hasta que me olvide.

Es un día triste en Hartoon Network hoy día.  Es una noche sin High Fives.  Tan sólo quería una buena pelea. 


Adios.

1 comentario:

  1. Opino lo mismo wn q mal sobre todo el final... un asco... en el momento en que bilz golpea a bulma y vegeta se calienta y deja la caga dije aqui comienza lo bueno... si claro 77

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