

Gracias,
Paredes. Porque te sacaron, no te
llamaron, muchos te basurearon como homofóbico basurea a maricón, pero
volviste, no jugaste nada, fuiste a comprar souvenirs a Brasil, pero estabas
siempre. Grande, Pepe Rojas. Todo Chile con los huevos encogidos cuando
entraste. Pero como cerraste bocas,
grande, weón. Ganaste todas por
arriba. Pepenbauer, que te critiquen
ahora, porque esos no son chilenos, en vola peruanos o bolivianos, pero
chilenos no te critican. Gracias, Edu
Vargas. Por el gol a España, y por los
huevos que muestras siempre. Porque hoy
día no fue tu partido, pero este si fue tu mundial, y ojalá, la Checha quiera, que
no sea tu último mundial.
Pero
uno que es grande es Marcelo Díaz. Si no
es porque Sampaoli te salva, estarías jugando en Huachipato como lateral. Ahora eres el reloj de Chile. Gracias por tus pases, y porque jugaste para
muchos chilenos, pero para uno en especial, tu hermano, que está allá arriba
con el Sapito y con Julio Martínez, alabando tus partidos. Eres grande, Felipe Gutiérrez. Porque eres un pollo que en la cancha al lado
de esos gigantes parece espermatozoide de enano, pero la mojas igual. Por algo eres el mejor jugador de la liga
holandesa. Grande, Toselli. Eras el tercer arquero, pero con Herrera,
otro grande, apoyaste siempre. Grande,
weón.
Gracias,
Sampaoli. Salvaste una generación que
estaba preparando el asado con el Bichi pa’ ver el mundial por DirecTV. Puta, pelao, que te quiero.
Gracias
a todos los weones. Porque si Leonidas y
sus 300 se paraban al frente de Sampaoli y sus 23, créanme que se cagaba
entero. Uruguay y Colombia están
felices. Saben que les tocó el rival más
débil, sea quien sea que pase.

Grande,
Huaso. Jugaste un partido ahí no más,
pero jugaste. Grande, Gato. No te banqué nunca hasta el partido de
España. Cerraste más bocas que la
mierda.
¿Por
qué Chile es la raja? No lo voy a
escribir porque no sería suficiente con este blog, necesito un libro para
hacerlo. Así que gracias a todos. Sampaoli y sus 23. “Recuérdennos”, pidió Leonidas a los
espartanos. No se preocupe, Don
Sampa. Usted no necesita pedirnos eso,
lo vamos a hacer. Nos vemos en la Copa
América.
Gracias. High Five de corazón.
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