Soy un hombre de series. ¿A veces no sienten que sus vidas son
fomes? ¿Qué necesitamos un break de
nuestra vida real y viajar a otro mundo?
Puede sonar fantástico, pero hay una opción para hacerlo, les cuento
ahora como es, lean bien y sigan cada paso: Lleguen a su casa, siéntense en el
lugar que más les guste y acomode, pongan una televisión o un computador a un
metro y medio de distancia y vean cualquier serie. Cualquiera.
TODAS, y es verdad, todas las series nos relajan, nos llevan a ese mundo
de fantasía creado por un par de guionistas, unos dioses, que nos dejan ver un
poco del paraíso que tienen en su mente y como lo plasman a la realidad. Matt Groening es mi sensei, es mi ídolo, “Los
Simpsons” son su Mona Lisa, su Capilla Sixtina, su Copa Libertadores. Creó una serie para todos los gustos y edades,
y digan lo que digan “Los Simpsons” sigue siendo una gran serie.
Pero, ¿Las series sólo nos sirven
para tomarnos un break? No. No po, weón.
Las series nos entretienen, nos hacen reír, llorar, hasta algunas nos
asustan (Si es que no lo creen vean American Horror Story solos con la luz
apagada. Cágate de miedo). Pero dejando de lado el propósito obvio de
las series, pongámonos un poco más reflexivos.
Una amiga me dijo que las series nos tocan esa fibra, nos llegan, se
hacen parte de nosotros, yo creo que tiene razón, inconscientemente todos los
fanáticos de series quieren ser como alguno de sus personajes. ¿Qué hombre no quiso ser como Joey y tener a
cuanta mina quiso? ¿O qué mina no quiso
ser como Rachel en su momento? Asúmanlo,
Jennifer Aniston es una diosa. ¿Cuánto
weón cuando era más chico no quiso ser como Goku y salvar al mundo? Yo creo que hasta una vez intenté
transformarme en Súper Sayayín, pero lo único que logré fue que se me escapara
un peo. La cosa es que, aunque suene muy
perno, las series son un ejemplo a seguir para muchos de nosotros. Queremos ser como sus protagonistas,
intentamos copiarlos, pero asumámoslo, cabros, no podremos lograrlo. Hay muchas religiones y creencias en este
mundo, cristianos, budistas, agnósticos, maradonistas y hasta una religión que
cree en aliens…Aliens po, weón, como si los marcianitos de “Mars Attack” fuesen
a resucitar y salvarnos de nuestros pecados, pero bueno, cada loco con su tema. Yo tengo mis creencias, no voy a misa cuando
quiero alguna respuesta ni le rezo a un ser superior para encontrarlas,
simplemente prendo la tele o mi computador y veo alguna serie. La pantalla es el paraíso, los protagonistas nuestros
santos, los guionistas los dioses, y nosotros, los fanáticos, somos sus
seguidores.
Los invito a ver las series de
otro punto de vista. A ver las series de
mi punto de vista. Las veo todas y todas
me gustan, todas me enseñan algo y todas las series, cada una de ellas me ha
ayudado a ser como soy. Mis chistes
fomes provienen de Chandler Bing y cuando quiero salir a trotar y lograr metas
inalcanzables el valor proviene de Spartacus.
Mis ganas por encontrar a alguien con quien pasar mi tiempo libre y ser
“feliz” las obtuve de Ted Mosby. Y mi
puto miedo al ver cualquier virgen completamente de blanco solo en la noche lo
heredé de American Horror Story (Insisto, si les gusta CAGARSE DE MIEDO, véanla
no sean mamones).
Esto no será un lugar de
noticias, ni de críticas o dar sinopsis de series. Acá voy a predicar de ellas. Los invito a seguir leyendo y a seguir
aprendiendo. Los invito a mi canal de
televisión, a mi canal escrito. No soy
un “Network” gigante ni una gran empresa, soy “Hartoon Network”. Y…y…eso es todo amigos (For now).
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