Las relaciones son divertidas,
son complejas y son limitadas. Minas van
minas vienen. Caseros hay caseros
desaparecen. Pero la relación que
creamos con las series es diferente, es inmortal, cada vez que queremos ver una
temporada o un capítulo simplemente vemos la repetición.
Pololear es complejo, requiere de
tiempo, dedicación, demostrarle a la otra persona lo importante que es para
uno…o sea puras weas. Andar con una
persona, o un término más vulgar: tener a una persona de casero/a, es
arriesgarse a que uno de los dos se enganche y cague toda la onda de esta
relación “carnal”, falta de amor que están viviendo (Que es la raja) y no
quedarse con nada, o comenzar a pololear y perder la libertad que tienen.
Ahora hay que ver si queremos
pololear o no. Esa es la cosa, hay gente
que le gusta tener la correa puesta y estar en una relación seria. A ellos les diremos Stefan Salvatore, como el
personaje de Vampire Diaries, ya que siempre anda enamorado, haciendo lo
posible por salvar a Elena. Prefiere
gozar de la compañía de una mujer, mirándola sin hacer nada, a ponerse loquito
y hacer un poco de “cuchi-cuchi” vampiresco.
Por otro lado tenemos a
Gannicus. Al “Dios de la Arena”. El único gladiador que se ha ganado la
libertad matando en la arena. Gannicus
era tan cabrón que se emborrachaba y llegaba tarde a entrenar con los otros
gladiadores. Era tan cabrón que peleaba
con vendas en sus ojos e igual mataba al contrincante. Gannicus era tan cabrón que terminó con la
mansa alemana, luchadora, manso cuero, salvaje (If you know what I mean) y
loca, por una monjita (No, no de las monjas del cristianismo porque o sino
sería un pecado y bla, bla, bla) y termino metiéndose con ella. Hasta en una tormenta de nieve cuando todos
estaban muriéndose de frío, es más miles murieron de frío, Gannicus hizo de las
suyas, ¿Sufrió? No, el Dios de la Arena estaba arriba de la nieve jugando con
su espada de gladiador a lo Ron Jeremy.
Ya sabemos que hay dos tipos de
personas: Los que buscan pololeo serio, hasta un matrimonio (Es verdad…lo
siento, pero es verdad), a quienes les diremos Stefan. Y también están los cabrones, gladiadores,
que solo quieren pasarlo bien y buscar minitas, o en el caso de mujeres,
minitos, para pasar el rato. A ellos y
ellas les diremos los Gannicus.
Pero como las relaciones no se
quedan solo en el tema de persona con persona, sino que también nuestras series
crean relaciones con nosotros, tenemos que ver con qué serie nos queremos poner
serios, y que serie sólo queremos ver cuando no nos queda nada más que
ver.
Yo soy polígamo en el caso de las
series, me pongo serio con la mayoría…MAYORÍA, pero no todas, y soy fiel a las
que de verdad me gustan. No me pierdo
capítulo alguno y tengo toda mi ceremonia previa, durante y posterior para ver
las series. Pero también hay otras que
cueste que me pillen, y lo que diré ahora me avergüenza pero es verdad: Soy
publicista y “Mad Men” solo la veo cuando no tengo nada más que ver. Lo sé, Don Drape es un cabrón, es un crack y
debería admirarlo. Y lo admiro, lo juro,
pero la serie no me atrapa tanto como lo hacen otras. Perdón Peggy, perdón Don, no son ustedes, soy
yo.
El punto es: Minas van, minas
vienen. Pololos llegan, pololos se
escapan. No nos preocupemos que siempre
tendremos a MovieZet, Cuevana o nuestra tele para poder ver nuestras
series. Ellas nos entienden y como la
mina perfecta, solo nos piden que nos relajemos, acostemos y disfrutemos del
show que nos tienen que ofrecer. Gracias
series, no se mueran nunca.