Viña tiene festival. Viña tiene Reñaca. Viña tiene carrete. Viña tiene las minas. Viña es la raja. Sol, playa, arena…describir Viña es como
escribir una canción de Don Omar. Tengo
suerte que vivo al frente de la playa, entonces cuando quiero, cruzo la calle y
aplico chapuzón. Pero esa suerte no la
vivo siempre. A veces quiero andar en
auto o en micro, y ahí entra el problema más grande de Viña. Viña no es sólo ciudad BELLA, Viña también es
ciudad LLENA.
Viña
ciudad llena. Llena de turistas, llena
de tacos, lleno todo. No me quejo que
vengan todas las argentinas y santiaguinas a la playa y la usen como pista de
modelaje. Pero, ¿Por qué chucha traen a
los argentinos y santiaguinos? Durante
el año Viña no tiene taco, ir a comer a algún lugar es llegar y sentarse. Weón hasta es más agradable ir a una disco
donde efectivamente se pueda bailar y no estén todos pegados y en el momento
que tocan una canción que todos se mueven queda la cagada. Todos chocando, golpeándose…es súper
peligroso.
Pero no
sólo que se llene Viña es penca. También
el estado zombie en que entran las minas por los argentinos (Mismo pasa con los
hombres y las argentinas). Weón ir a la
disco y no tener acento de argentino o parecerse a Justin Bieber y ni una mina
te pesca. Léase este ejemplo: “Hola,
¿Bailemos?” “No, ándate, no me hables…mátate.”
Y léase este otro ejemplo: “Cheeeeee…¿Querés bailar un rato?” “Ay,
ya…hazme tuya…” No importa como sea el
weón, pero el acento ese las deja locas.

El otro problema que tienen las
discos ahora es por culpa de la Ley de Tabaco.
Antes cuando uno iba a bailar la disco estaban pasadas a cigarro o
copete chorreado, ahora que ese olor desapareció toda la disco huele a poto,
axila o simplemente sudor. Sí, sacar a
bailar una mina rica que esté un poco sudada es algo normal, se deja pasar,
pero cuando te acercas y la mina está pasada a Aros de Cebolla del Ruby
Tuesday, la wea cambia. En las barras
deberían vender un poco de desodorante.
Lo otro
de Viña ciudad LLENA es como en esta época de verano aparecen los weones
“bacanes”, esos weones que usan anteojos de sol y gorro hasta cuando
carretean. Weón, ¿Por qué? Ni que fueran vampiros. Pobres weones. Pero lo mejor, y mu
y tradicional en Viña, es
cuando pasas por el McDonald’s de Reñaca y ves cómo están todos los pendejos
“topeando”, cagados de calor, y miran feo a todos los weones que pasan por
ahí. Lo peor es que ni siquiera van a la
playa, se quedan ahí todo el día, y ni siquiera comen McDonald’s. Esos weones son miembros de la “ghetto” más
rara que conozco.
Pero
bueno, así es Viña. Mi Viña del
Mar. Donde he vivido casi toda mi vida,
y ahora tengo la suerte de haber encontrado trabajo acá. Saludos a la gente de la agencia. Soy un weón con suerte. He zafado de Santiago para trabajar, ya que
lo hice en PUQ y ahora en Viña, dos de las mejores ciudades de Chile.
Saludos
a todos, nos leemos más seguido.
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