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domingo, 8 de septiembre de 2013

La mina que nos gusta

                  Debo admitir que por mucho tiempo me he hecho mierda en comentarios a todos los weones mamones que se enamoran y pololean y les gusta mantener una relación seria con una hembra.   Debo admitir que odio que Leonard esté con Penny, y que Dexter siendo un asesino en serie siempre se tire minas ricas.  Odio que Ross, un perno de mierda, termine con Rachel, la mujer de mis sueños y por la cual dejaría todo sólo por un “Touch and Go”.  Pero también debo admitir que yo si he sentido lo que sintió Jack por Kate, o lo que sintió Ron por Hermione.  Se lo que es sentirse atraído a la especie del otro sexo, y no solamente atraído para hacer un poco de cuchi – cuchi, sino que atraído para tener esas relaciones que conllevan muchas noches de películas mamonas y el hecho de crear sobrenombres mamones.  Hoy día les hablo de las minas que nos gustan, perdón, la mina que nos gusta.  Siempre hay una mina que nos guste, y aunque lo nieguen, siempre, pero siempre, habrá alguien que te atraiga más que al resto.  A mí Los Simpsons siempre me van a atraer más que otra serie, pero no es la serie que voy a ver toda mi vida.

                Cuando te gusta una mina cambias caleta.  Es muy normal que cuando te llama tu voz se pone más mamona.  Estay hablando con tus amigos, la raja, fútbol, sexo, porno, mujeres, música fuerte, pero te llama la susodicha y tu voz se pone como la de los ositos cariñositos.  Después terminas de hablar y tus amigos te miran con cara de: “¿Qué fue esa wea?”  Uno ni se da cuenta cuando pasa a la voz “me gustay”.  La vos “me gustay”, es la voz aguda y mamona que nos sale con estas minas.  A estas weonas por alguna razón les gusta, no sé si piensan que es tierno o sexy, pero la wea es que se ha comprobado con el pasar del tiempo que a las minas les calienta los weones con voz de Teletubies.  “¿Cómo está mi amooooh? ¿Cómo está lah mah linda? ¿Quién eh la mah linda?”  Y las weonas se hacen las regalonas y nos dejan regalonearlas.  Cuando hay que jotearla tenemos que ponernos machos, recios y cabrones, pero una vez que el animal ha sido domesticado por alguna razón el Spartacus que llevamos dentro se transforma en el Kurt de Glee y nos ponemos MA – RI – CO – NES.

                Antes de pololear somos cabrones.  “Oye, ¿Quieres pololear conmigo?” (Lean esto con voz de macho.) “Ay, ya…te quiero tanto.” (Lean esto con voz de mina, si son minas léanlo con voz más aguda aun.)  “Ay, filete, te quiero tanto, eres lo mejor que me ha pasado en mi vida, juro no ver más fútbol en la tele y sólo ver películas como Titanic, Diario de una Pasión y PD: Te amo, contigo.” (Lean esto con una voz parecida a la de Dipsi de los Teletubies.)

                Cuando te gusta una mina cambias.  Es un hecho.  Todo cambia.  Cuando pasa la pubertad cambiamos, salen pelos por donde no salían antes… no se pongan weones y partan: “Ay qué asco, weón, ¿Cómo dices eso?”  Porque lo que dije es verdad, y si no es verdad, puta que estay cagado.  Hasta muchas veces en la vida cambia quien nos gusta, y cómo cambia quien nos gusta, cambian las formas de jotear a las personas que nos gustan.  Hay minas que pa’ jotearlas sólo hay que invitarlas a un café, y hay otras que pa’ jotearlas hay que aprender a tocar guitarra o hacerse los bacanes con ellas. 

                Sin embargo le dedico esta publicación a un tipo de mina, a la que gusta siempre, y a pesar de que hay otras que pueden gustar “un poco” entremedio, siempre se vuelve a esa mina.  Miren a Forrest y Jenny, es lejos el mejor ejemplo, si no han visto Forrest Gump hagan lo siguiente: Primero tomen una pistola, después llénenla de balas y después jueguen a la ruleta rusa solos.  No podís no haber visto Forrest Gump.  La cosa es que Forrest hizo de todo en su vida, pero siempre pensando en Jenny, una weona hippie, maraca, que se tiró y fumó todo lo que pilló en su camino.  Pero al final Forrest insistió por Jenny y así terminaron juntos.  “¿Por qué no me amas, Jenny?  No soy un hombre inteligente pero se lo que es el amor.”  Esa es la mejor frase de película.  Porque a pesar de que odio a todos los weones mamones, los odio a todos…todos, si, tú, el mamón, te odio…ojalá te mueras.  Forrest es mi excepción.  Y hay una Jenny por ahí, siempre la hay, siempre hay una Marge o una Penny, una Mónica o una Rachel, una Debra o un Christine (Vean Last Resort, pedazo de serie).  Siempre habrá una película que va a ser mejor que el resto, siempre habrá una mina que es mejor que el resto…pero esa wea igual es muy mamona, así que si no les gusta sólo una serie, y les encanta ver muchas, pásenlo bien con todas…de repente una serie los va a pillar y no van a querer ver otras.


                Ciao.

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