Pasaron 147 días desde que llegué
a Punta Arenas y mañana ya se acaba el viaje.
Y todo lo que hablé en la publicación anterior de esta ciudad es verdad,
Punta Arenas es LA RAJA, y nadie puede decir lo contrario. Pero Punta Arenas no es sólo la ciudad y todo
el carrete y quedar como mazo como dije antes, aunque de eso igual hice
mucho. Carretié en Costa Varúa, quede
como mazó y bajonié en el carrito de completos que venden afuera. Weón por sólo luca te podís comer pedazo de
bajón y la wea se pone cerca de Kamikaze también, o sea el dueño del carrito en
una noche yo cacho que ya tiene pagada la matrícula de todos sus hijos, todo el
mundo bajonéa ahí, y no hay nada más abierto.
A eso se le puede agradecer que acá sea, yo creo, la única ciudad que no
ha podido mantener a un McDonald’s.
Weón, McDonald’s puede tener cola de ratón en las hamburguesas, hasta me
podís decir que la lechuga es confort verde usado, igual todo el mundo come de
esa wea, pero acá en Punta Arenas la comida como el Dino’s o una tarde en el
Kiosco Roca, superan al McDonald’s. En
Punta Arenas cambian la Big Mac por una pizza con centolla. High Five Chumango.
Pero weón, Punta Arenas también
tiene más cosas de las que se ven en la ciudad.
¿Torres del Paine? ¿Les
suena? Está en las ocho maravillas del
mundo, loco. Vay a Torres y veis
guanacos como en Valparaíso veís palomas.
Me acuerdo la primera vez que fui estaba loco con la wea, si en el norte
con cuea vemos perros callejeros. Y la
cagó cuando vi un armadillo, ¿Quién chucha ha visto un armadillo? Soy tan huaso que me bajé del auto y lo
perseguí pa’ ver si se ponía como
pelotita. Armadillo culiao escapó. Punto para la naturaleza por darle patitas
cortitas y rápidas a ese estúpido y sensual animal. Pero lo que si vale la pena ver es el cóndor,
eso sí tengo una acotación, todo el mundo habla de la “belleza” del cóndor, de
la “magia” y “elegancia” de este. No sé
si los weones están pensando en Condorito o en Coné, pero si ven un cóndor de
cerca el weón es súper feo, weón. Sí, es
la raja verlo volar y toda la wea porque es el weón es gigante, pero puta, no
nos leamos la suerte entre gitanos, el weón es feo. Es como esa mina que tiene buen lejos, que
veís caminando en la calle (En este caso vemos al cóndor volando) y la weona es
rica (Y se ve majestuoso), después te acercas y algo está cambiando, te acercas
más y una mueca de asco comienza a parecer en tu cara, te acercas y estás como
a unos metros del cóndor, perdón, la mina, y te das cuenta que es toda arrugada
y tiene una bufanda blanca, y que esas alas, digo bubis, que se veían la zorra
de lejos, en verdad son dos jorobas. O
sea el cóndor es majestuoso verlo volar, es la raja esa vista, pero es feo el
compadre, en resumen el cóndor es la
mina con buen lejos.
Pero toda esa fauna, y eso que no
nombre toda, es la que hace que Torres sea la raja, venir a Punta Arenas y no
darse el lujo de ir a este lugar es ser más weón que ir a la Cueva del Milodón
y no sacarse la foto con el Milodón, o sea, weón, esa es como la gracia. Aparte pa’ los cabros hornis, en Torres del
Paine se llena de gringas, bien ricas, bien pavas, que no cachan na’. Sólo digo.
Pero Torres ya queda más al norte
de Punta Arenas, si vemos un poco más al sur la vista que hay es filete
igual. 147 días levantándome con Tierra
del Fuego al frente. Y tuve la suerte de
viajar tres veces a esa isla. Fui a
Sombrero, pasé por la Estancia San Gregorio en el camino a Punta Delgada pa’l
cruce, y me saqué foto en la casa que penan pa’ desafiar al fantasma, pero la
vieja no apareció. Alojé por varios días
en Porvenir, y en verdad Porvenir es lindo, weón, es la raja, pero es pa’ ir
por dos días y ya conoces todo. Después
no te queda mucho que hacer. Y también
tuve al viaje a Ushuaia con mi equipo de rugby, Shenu. Las vistas de Tierra del Fuego no están en
ningún otro lugar, de verdad es lindo.
Y eso
hace que la gente de acá se sienta orgullosa no de la ciudad específicamente,
acá
no hay puntarenense por así decirlo, acá está lleno de MAGALLÁNICOS, yo
nací en Valpo, pero soy Viñamarino, y no me siento identificado con Valpo, a
pesar de que queda en la misma región y prácticamente al lado de Viña, pero acá
el magallánico se siente igual de identificado como cuando hablan de Porvenir
como cuando hablan de Puerto Natales.
Tendré
que comer Calafate para volver y, a pesar de que dije que sólo los turistas lo
hacen, hoy le di el beso al dedo del indio.
Así tanto quiero volver po, weón.
Acá no
se nota la cercanía de la gente sólo porque comparten copete en los carretes,
cosa que extrañaré más que la puta en Viña, acá lo que se vive con el copete se
ve en el día a día.
Voy a
extrañar que el viento me haga sentir flaco, porque habían días, como ayer en
la noche, que la wea de verdad te mueve, sigo esperando que la Vaca de “Tornado”
aparezca volando por acá. Voy a extrañar
los cigarros argentinos y que en un día pueda sentir calor, frío, vea nieve,
sol, arcoíris…y que el día sea más bipolar que mina en los días. Pero al igual como diría Terminator si fuese
magallánico: “I’ll be back, leso…sisi.”
Pa’ las
despedidas soy igual que precoz, la hago corta.
Mañana se cumplen 148 días en Punta Arenas y estoy agradecido de la
ciudad, de la región y su gente. Se
formó buenos amigos. Bastián y Raúl, Pablito,
Pollito y la #ListaPollo de Kamikaze, todo el equipo de Shenu, el negro Shape,
Yadro, Nico, Alex, Manino, Julian…la gente de la pega, los vendedores, mi jefe, mi
perra que es nacida acá, La Checha, otra buena amiga que lee siempre el blog,
la Graciela, en verdad acá dejo buenas amistades.
Así que
me despido con este final de blog, porque ya no escribo más hasta nuevo aviso,
ahora me toca quedar como mazo en viña y pegarle a los lesos que me anden
weando por maceta. Y la próxima vez que
haga asado va a ser en un buen chulengo.
High
Five Magallánico, será hasta la próxima.