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martes, 30 de julio de 2013

Primera publicación escrita BAJO EL EFECTO DEL ALCOHOL: LAS MINAS PERFECTAS!

                Me tomo un break de este “fin de temporada” que les mencioné en la última publicación porque no hay nada mejor que estar tomando y que se te ocurra algo, por lo mismo les digo en este momento que la siguiente publicación la estoy escribiendo con un poco de pisco, ron y un trago el cual estoy recién conociendo en el cuerpo.  Y si se preguntan: “¿Cómo está escribiendo tan bien?”  Es porque lo que escribiré hoy día en la noche mañana lo leeré de nuevo y arreglaré algunas cosas, ya que el teclado ahora a las 4 de la mañana se está moviendo un poco y las letras no se ven como se verían a una hora más prudente.

                Hablando con amigos y amigas, salió el tema de la “mina perfecta”, esa weona que todos los calientes de mierda no sólo se la quieren cuchi – cuchear, sino que también en un mediano plazo se la quieren pololear, sí, leyeron bien, se la quieren pololear.  Ese momento en que los cocos de los machos alfas chilenos son puestos en una caja y nos ponemos todos a pololear.  “Cabros, hoy día carrete en mi casa.  QUEDEMOS PA’ LA CAGÁ.”  “No puedo ir, veré una película con mi polola.” “Puta, weón.  Por último dime que verán LOS INDESTRUCTIBLES.”  “No, weón, veré PD: TE AMO.” PUSSY.  Pero bueno, al fin y al cabo, todos queremos pololear, o eso es lo que nos hacen pensar.

                Si los weones en las películas y en las series siempre son tan felices pololeando, ¿Por qué no lo podemos ser nosotros en la vida real? “Fueron felices por siempre.” Suelen decir estos finales de Hollywood, y cuando nos pasa a nosotros es al revés.  “Pelearon, terminaron y se lo cagaron por siempre.”  Eso es un poco más real, dijo el despechado algo curado en la madrugada.  Pero imagínense, Jack era un weón pobre que se debe haber metido con una que otra mina en Inglaterra, y en un viaje que ganó a último minuto se encontró con su mina perfecta.  La weona tenía plata, era buena pal trece – trece y lo quería harto.  Era la mina perfecta pa’ este weón.  ¿El problema?  Iban en un viaje que no iba a tener un “happy ending”, es más, cuando conoces a una mina como Rose, deseas terminar con tu “herramienta masculina” funcionando de la mejor manera, ese no fue el caso del pobre Jack, quien terminó con su cosa hundida en el agua más fría del mundo y con los cocos parecidos a los de los pitufos por el frío.  Mal viaje, Jack, mal viaje. 

                Sin embargo todos tenemos a una mina perfecta.  En los gustos no hay nada escrito.  La mina apañadora a los partidos, la mina que apaña a tomar con los amigos, la mina que está dispuesta a probar “cosas nuevas” todos los sábados por la noche, esa es una mina perfecta, pero tal vez a alguien no les gusta así.  Homero, mi gran ídolo, mi sensei, encontró a la mina perfecta en Marge, una mujer ama de casa, una mujer que le deja pasar todos sus errores, una mujer que siempre cuando Homero se mandaba un cagaso y todos lo querían matar ella decía: “Es que no lo entienden.”  High Five para ti Marge, sabes mucho.

                Pero les cuento algo, pa’ mí la mina perfecta no tiene que salir de una serie.  Siempre he dicho, yo primero me fijo en los ojos, si los ojos de la weona me gustan, la mina me gusta.  Después de los ojos viene la nariz, y después de eso la comienzo a conocer y veo si es compatible con mi personalidad.  Una mina perfecta sacada de series para mí, sería Annie de “Community”.  Esta weona fue adicta a medicamentos por mucho tiempo y por eso perdió su beca.  ¿Le cagó la vida?  No, salió adelante, y ahora se esfuerza en ser la mejor en lo que estudia.  ¿Sus ojos y su nariz?  Son solo parte de su cuerpo perfecto, si no me creen busquen a Alison Brie en Google, es más rica que la mierda.  Aparte, yo por lo menos, odio a las weonas como la Ex – señora de Alan en “Two And a Half Men”, Juddie, que se juran secas en todo, yo prefiero a las weonas que se juran secas en una cosa, en lo que hacen, y si no son de verdad las mejores en eso, ¿Qué mejor que lo piensen?  Una mina con bajo autoestima, no te baja sólo el autoestima a ti, sino que te baja muchas cosas más, if you know what I mean.

                La mina perfecta no siempre es sacada de una serie.  Siempre me he hecho esta pregunta: “Todos piensan como sería su vida si fuese una película, ¿Qué pasaría si los personajes de las películas pensarían cómo sería sus vidas en la vida real?”  Por eso yo vivo mi vida como una serie o película.  Todas las mañanas me levanto y me miro al espejo y me hablo como si fuese una voz en off: “Y el Tommy se despertó, antes de iniciar su ducha matinal como todos los días, se miró al espejo e inició a hablar como la voz en off de Rojo de nuevo.”  No es tan perno si lo hacen, créanme. 

                ¿Pa’ que buscar al prototipo de mina perfecta en las series  y películas?  Porque lo vamos a encontrar.  Minas perfectas tales como: Rachel Green, Annie, Debra Morgan, Mónica Geller, Kate Austen, Candy, Rachel Berry, Penny, Hannah Montana (No me webén, porque es súper rica), TODAS LAS HOUSEWIFES, Khaleesi, etc.  En la pantalla chica y pantalla grande están las mejores mujeres, están  las más ricas y las más simpáticas, pero al mismo tiempo son las más falsas, porque a pesar de que pasemos 23 años buscándolas y viendo si es que de verdad existen (Como lo hizo un amigo…) nunca las vamos a encontrar.  Mejor buscar una mina en la pantalla real, una mina que puede que no sea igual de rica que Rachel, o que no cante tan bien como Hannah, o que no tenga tantas lucas como Khaleesi, pero que sea real.  Y si no llega la weona al tiro, puta mala cuéa, un muy buen escritor dijo una vez: “No hay espera que valga más la pena, como la que da como resultado algo que merece comentarlo.”  Si a mí me dicen que espere por mi Rachel Green un tiempo, lo voy a hacer.  Pero si me dicen que espere por mi Rose, ni cagando lo hago, en vola termino tirado en el mar con mis cocos de pitufos colgando de una tabla mientras la weona se salva para después casarse y tirarse a otro weón toda su vida.  Gajes del oficio. 

                Pero como esta publicación nació de una conversación un poco ebria, les diré cuál fue mi respuesta de la mina perfecta cuando me preguntaron, yo dije que era la que leyera mi blog, no mentira, pero igual todas ustedes mis lectoras son perfectas.  Lo que dije en verdad fue esto: Mi mina perfecta es la que aparece en el momento perfecto.  Ahora ustedes, mis lectoras, doblen su cabeza unos 30 grados y digan: “Aaaaaaw, lo quiero conocer, no sólo escribe bien y es mino, es súper tierno.”

                High Five para todos ustedes que se dan el tiempo pa’ leerme en sus vacaciones.  Un saludo cagado de frío desde el fin del mundo, porque para los que no saben, ahora vivo en Punta Arenas y mis cocos están muy cerca de ser como los de Jack.  Ya les contaré sobre esta experiencia. 


                Saludos.

miércoles, 24 de julio de 2013

Las MUDANZAS y COMO NOS CAGAN

                Estoy viviendo un cambio de casa, ciudad y hasta parece de país la wea.  Me mudé de Viña a Punta Arenas para hacer mi práctica, la cual durará cinco meses.  Nada, ¿Cierto?  CINCO meses pasan volando, dicen por ahí.  Pero el hecho de cambiarse de casa conlleva a tantas weas.  Primero está la puta mudanza, se ve tan simple pasar un par de prendas de vestir a una maleta, pero cuando el proceso comienza queda la cagada.  Todo lo ponemos ordenado, polerones con polerones, pantalones con pantalones.  Todo perfect.  Pero siempre cuando estamos viajando, ya no tenemos opción para volver a la casa, le decimos a alguien: “Estoy seguro que se me queda algo importante.”  Y comienzas a pensar en lo importante que se te puede haber quedado, pero nada se te cruza la mente.  A mí me pasó eso, y cuando llegué a mi casa me di cuenta que no tenía cepillo de dientes, afeitadora, desodorante, calcetines y algunos calzoncillos.  Muy bien, Tommy.  Un día entero pasado a sobaco y con aliento de mierda.  No se preocupen, señoritas, que ya arreglé todo eso.  Trece – Trece.

                Pero lo peor de estos viajes largos y mudanzas, son los sentimientos que vienen con él.  Está la emoción, nerviosismo y ansiedad, pero también está la puta nostalgia.  Maldita y sensual nostalgia.  Pero hay que verla de un lado divertido, como lo muestran en Friends cuando Joey se muda y deja a Chandler solo.  La imagen típica que se ve en ese capítulo y también pasa en la vida real, es cuando miramos por la ventana escuchando música como Rascall Flats o Kilómetros de Sin Banderas.  Y aunque las leyendas digan otras cosas, las mujeres son menos nostálgicas que los hombres.  Cuando viaje al aeropuerto me acompañaron mis dos mejores amigos, un hombre y una mujer, y todo el camino me fui webeando a la mujer porque iba a llorar.  Acto seguido: Al despedirme de mi amigo nuestros ojos se vieron un poco sudosos, y al despedirme de mi amiga sus ojos estaba más secos que pussy de momia.  Fail para los hombres.  High Five pa’ las mujeres sin sentimientos.

                Pero, ¿Qué más tienen los viajes?  El hecho de querer conocer.  Yo soy un huaso en todas partes del mundo.  Cuando voy a Santiago aún me sorprendo con el metro, y acá en Punta Arenas es lo mismo.  Por ejemplo, ayer comenzó a nevar y lo primero que hice fue salir corriendo a la nieve como cabro chico y sacarme fotos.  ¿Qué tiene de malo? Se me olvido que no estoy en Viña y salí más desabrigado que la mierda.  Acto seguido: Esto lo estoy escribiendo acostado, enfermo y con pañuelitos por toda la cama.  Y lo peor es que me vengo a Punta Arenas, la cual es una ciudad la zorra, muy linda, pero acá es como venir a otro país.  Si cuando Longueira se bajó de candidato fue el mismo día que eligieron a la reina de invierno, y todos estaban atentos a esa noticia.  Y debido a lo brígido que son acá, hasta las palabras cambian.  Weón, yo quería salir a tomar con algunos amigos y ellos me dicen: “Quedemos como MAZO”  ¿Mazo?  ¿A lo “Mitos y Leyendas”?, “¿Cartas Poquemón?” No, weón.  Quedar como MAZO es curarse.  Pero, ¿Por qué no pueden decir: QUEDEMOS HECHO PENE, como el resto?  O por último: Tomemos hasta apagar tele.  No entiendo.

                Aunque si pensar que el “idioma” o las “despedidas” son pencas, lo peor que me pasa es cuando quiero ver tele y TODOS los canales son diferentes.  Aprenderse los números de canales de televisión es una paja.  En Viña el 45 es el HBO, y ahí veo todas mis películas.  Llegué a PUQ puse el 45 y no entendía lo que estaba pasando, así que puse el 36, que es el Warner en Viña, y otra vez todo era distinto.  WHAT DA FUCK?  ¿Por qué mierda me cambian los canales?  Algo parecido me pasó con mi primera ducha.  En Viña el agua pa’ que esté caliente la ponemos al máximo y ahí nos sale rica pa’ la ducha.  Acá en Punta Arenas si haces eso te vas a la mierda.  Hay que poner la perilla a la mitad y está bien.  Bueno, yo no sabía eso, así que la puse al máximo, me metí a la ducha y pegué un grito, debo admitir no muy masculino, y salí corriendo de la ducha a una esquina y chuparme el dedo.  Ahora cada vez que me quiero duchar miro desafiante a la ducha.  Es mi nueva némesis. 

                Pero bueno, por lo menos mi cambio no fue tan malo como el de los personajes de “Lost” y tampoco creo que mi personalidad cambie como la de Mr. White en Breaking Bad (Que a todo esto no queda nada pa’ que comience la temporada.  OMG.)  Y aprovechando el cambio y que mi nostalgia por el sol en Viña me tiene un poco cagado, les comunico que este es el fin de temporada de mi blog.  (Ahora les baja la nostalgia a ustedes)  La razón es porque me quiero acomodar y descansar antes de partir trabajando.  Los dejo con la misión de darme ideas pa’ escribir, siempre son bien recibidas en Twitter, pero acá igual me las pueden dar en los comentarios.


                High Five desde el sur de Chile y el mundo.  Y si vienen a Punta Arenas les pido muchos Tapsin y ropa calentita.  Nos leemos próximamente, a menos que mis resfríos me terminen por matar.  Chao, fieles lectores.  Nos vemos en la otra temporada. 

sábado, 20 de julio de 2013

AMIGOS CON VENTAJA

                Ayer fue un gran día para muchos, y muchos lo celebraron como se debe.  Ayer fue el día de los Amigos con Ventaja.  Esos amigos que mantienen una relación normal, carretean juntos, pueden juntarse a hablar o tomarse un café, pero cuando la tetera parte calentando tienen la opción de hacer cuchi – cuchi sin ningún compromiso que los amarre.  En películas de Ashton o Justin hemos visto como esas relaciones nunca terminan como se comienzan, siempre uno se enamora y queda la cagada, y como Hollywood es fanático de mostrarnos un mundo “rosa”, al final estos “amigos con ventaja” terminan siendo felices para siempre.  Pero ustedes, mis queridos lectores, saben que no todo lo que pasa en las películas ocurre en la vida real.  Sabemos que los multimillonarios no salen disfrazados de murciélago a combatir la delincuencia, y en verdad se quedan tomando sus copetes caros, compartiéndolo con sus putas caras y riéndose de las desgraciadas noticias que hay en la tele.

                Pero volvamos a lo nuestro, el tema de hoy: Los AMIGOS CON VENTAJA.  Puta que es rico, tener la confianza con alguien pa’ contarle cualquier wea, cagarse de la risa y poder tener esa “libertad” para lanzar las tallas calientes que no podís lanzar con una amiga común.  Pero pa’ llegar a eso hay que tomar ciertas medidas.  Nunca decir “te quiero”, a menos que sea “te quiero…hacer mierda mañana”, o “te quiero…enseñar una nueva posición”, o por lo menos un “te quiero…dejar coja”.  Esos “Te quieros” son respetados por estos amigos con ventaja. 

                Pero el amigo con ventaja también se acerca a un pololo en cierto sentido.  Porque la confianza te lleva a querer salir harto con él o ella, y hasta a veces se los presentas a tus viejos, pero siempre como un amigo.  Ese incómodo momento en que llegas donde la mamá de tu amiga con ventaja y te dice: “Tú eres el niño que está saliendo harto con mi hija” “Si, mamá, si es sólo amigo mío.”  Ahí la mamá tiene tres opciones, puede pensar lo siguiente: “Este weón es el nuevo amigo homosexual de mi hija”, “Qué lindo que sean tan buenos amigos”, o por último: “Juran que soy weona si estos weones pasan tirando.”  Pero cuando pasa eso todo se ve en el rostro de la mamá o el papá, y ahí, queridos lectores, debemos mantener la calma.  Nunca hay que demostrar y los papás de la amiga con ventaja nos respetarán. 

                El amigo con ventaja también tiene ciertos problemas que no se presentan en una relación “seria”.  Cuando se está pololeando hay amor y cariño, por eso nos dejamos estar y nos ponemos guatones.  Es más, es sorprendente como hay muy pocos “pololos” que tiren pinta, pero si veís fotos de ellos cuando terminan, los weones están en su mejor momento.   Eso no puede pasar en los amigos con ventaja.  Al fin y al cabo la relación es carnal, por lo que no se puede dejar estar.  Hay que ponerle aún más empeño al cuchi – cuchi y tratar de no subir esos kilos de más.  Mientras más pinta tires, más tiempo te durará ese “contrato” que firman los amigos con ventaja, el cual lo firman con sudor y sexo.  #Anoqueroto.

                Lo peor que puede hacer un amigo con ventaja es engancharse.  A veces es bueno porque los dos se enganchan y terminan siendo una pareja feliz y se casan y tienen hijos y uno sale presidente y gobiernan el mundo, todo esto pasando con un soundtrack de Gavin DeGraw.  Pero cuando eso no pasa y uno le dice al otro: “Oye, me gustas, quiero ponerme serio contigo.”  “¿Serio en la cama?” “No, serio de verdad, quiero tener una relación.” “¿Una relación sexual?” “No, más que eso.” “¿Un trio?” “No, weona, quiero pololear con vos.” “Aah, puta…eeeeh…creo que deberíamos vernos menos.”  Acto seguido: Corazón roto, y bien merecido por weón.  Tener la relación filete con alguien pa’ solo tirar y el weón quería pololear.  Si los pololeas conllevan a un gran gasto de plata, po weón.  Amigos con ventaja solo gastay en los condones, no seay weón.

                Pero bueno.  High Five pa’ todos los amigos con ventaja.  Disfruten mientras puedan, porque en algún momento aparece ese conche de tu madre de Cupido y nos caga enamorándonos a todos.


                Chao, mis queridos y calientes lectores.

jueves, 18 de julio de 2013

Weones que LES ENCANTA APARENTAR

                Siempre cuando pasa algo importante todos nos hacemos expertos en eso.  Ahora que estamos en época de elecciones todos los weones son unos especialistas en política.  Pregúntenle a esos weones quienes son todos los ministros, con suerte se saben dos.  Idiotas.  Más de algún weón ayer cuando renunció Longueria debe haber pensado que era el DT de la selección Chilena, pero cuando se dio cuenta de su error, lo primero que hizo fue comenzar a tuitear de política, porque es experto en política ahora que ha escuchado la noticia por media hora sin ir al baño.  Idiotasx2.   O lo mismo pasa en las marchas, está bien, hay gente que de verdad sabe por lo que está marchando y a ellos les doy un High Five político, pero hay weones que de verdad salen a marchar pa’ perder clases o pa’ wear con los amigos.  “Porque somos el futuro del mundo”…futuro del mundo mis weas, estamos cagados.

                O con la marihuana, eso sí que es divertido.  Hay weones que fuman weed por dos semanas y se ponen a escuchar Reggae, Zona Ganjah, Bob Marley…cualquier wea pa’ aparentar.  Y esos mismos weones que ahora son “taaaan volados”, hace dos semanas eran fanáticos de Alex Ubago y les encantaba ver los Teletubies en la tele. 

                La wea es que todos aparentan.  Es el mal del chileno.  Lo más común es el saludo con el weón o weona que te cae mal en la calle.  “Hola, ¿Cómo estás?  Tanto tiempo.  Saludos a tu familia.  Cuídate mucho.  Gusto encontrarme contigo.”  “¿Quién era esa?”  “Una maraca de mierda.  La mala cuea encontrarme con ella.”

                Esos momentos incómodos en que vemos a esa persona que nos cae mal, pero nosotros le caemos bien, caminando por la misma vereda que nosotros, dirigiéndose hacia nosotros y no sabemos si saludar, mirar al suelo, hacer como si hablamos por celular, etc.

                La paja es que a veces tenemos que aparentar.  Como lo hizo Joey con Janice cuando ella pololeaba con Chandler, pero al igual que Joey, a veces se intenta mucho pero no se puede lograr de odiar a esa cosa o persona.

                Pero no siempre lo hacemos por malas razones o el simple hecho de aparentar.  ¿Quién no ha aparentado ser alguien más pa’ meterse con alguien?  Típico de Disco cuando éramos chicos e íbamos en cuarto medio.  Lo que viene ahora se llama la ronda de preguntas en la discoteque, y cómo nos transformábamos en un par de segundos en unos putos chantas.  “¿Cómo te llamas?” “Ricardo (En verdad es Thomas)” “¿Dónde estudias?”  “En la Católica (En verdad estamos en el colegio” “¿Qué estudias?” “Ingeniería Civil (Con cuea sabemos sumar)”  “¿Cuántos años?” “24 (tenemos 18 recién cumplidos)”  En ese momento no se si vendíamos muy bien la pomada o la weona que bailaba con nosotros estaba muy curada o muy caliente como pa’ darse cuenta que le estábamos metiendo el dedo en el ojo. 

                Pero el que da más rabia, por lo menos a mí, de los expertos al peo, es aquel que se mete en las “modas”.  Esto suele pasar con los futbolistas.  Miren al Colo – Colo, por ejemplo.  Me da rabia ver a pendejos de 15 años que aún ni nacían cuando el Colo ganó la Libertadores y te los saquen en cara, pero no te lo sacan en cara de una manera normal, estos chantas de mierda se hacen pasar por “flaites”, porque por alguna razón los pendejos hoy en día juran que verse flaite, con pichangera, pantalón hasta abajo y hablar como choro mota, es “cool”.  Pendejos weones.  Entiendo que los Wachiturros se querían vestir con ropa de marca.  Pero la pobre marca, Lacoste en este caso, les tuvo que pagar pa’ que no usaran más su ropa.  No es muy buena publicidad que esos weones usen tu ropa.  Pero no logro entender porque hay weones que se quieren ver como ellos.  Es el mal de los quince años, cuando todos entramos a alguna tribu urbana.  Ya sea Pelo Lais, Poquemón, Digimón, Gótico, Pedófilo, etc.  A todas esas tribus entramos pa’ aparentar, y cuando ya estamos suficientemente maduros pa’ darnos cuenta que era una estupidez, nos da vergüenza acordarnos que éramos así.  Lamentablemente hay algunos que nunca maduran y se quedan siendo Pokemones, esperando encontrarse con Pikachú algún día…idiotas.

                No aparentemos y seamos como somos.  Yo soy sordo de una oreja, tengo un puddle negro, ciego, bisexual.  Fui a un concierto de Arjona con un cartel y lo leyó (No soy maricón, pero ¿Qué tiene de malo escuchar Arjona?), cuando chico no me gustaba ningún deporte, pero si jugar con “animalitosh” y fui sobrepeso como hasta los catorce años.  Soy feliz como soy, quitando mi alcoholismo, cuadros depresivos y adicciones a drogas fuertes…terminé muy normal.


                High Five pa’ mis lectores, y pa’ los que no me leen: Me cagaron la vida, ctm.  Sí, sigo pegado con la publicación anterior.  Ciao. 

domingo, 14 de julio de 2013

Razones para decir: ME CAGASTE LA VIDA CTM

                Me cagaste la vida, Conchetumadre.  Igual como dice el título de esta publicación, de eso hablaremos.  De algo o alguien que nos cagó la vida.  Muy cliché sería decir una ex, al igual que en “Que Pena Tu Vida” cuando Ariel Levy le grita al viento ese insulto tan famoso en nuestro país.  ¿Así que pa’ que culpar a las ex por nuestra mierda de vida?  A menos que el mismo día que nos patean nos dejan invitarla a almorzar, después a tomarse un café, después la llevamos a ver una película y compramos el picotéo y todo, para tener un final feliz sorprendiéndola con un regalo.  Y justo después de todo eso que nos diga que lo nuestro no está funcionando y nos manden a la casa de una patada en la raja.  En ese momento yo pensaría primero que me tiene que devolver todo el dinero invertido en ella ese día, ya que la misión era obtener un poco de trece – trece y lo único que obtuvimos fue…bueno, nada.  Y lo segundo que pensaría sería esto: “Me cagaste la vida/billetera/plata pa’l carrete, Conchetumadre.” 

                Pero como dije que no son solos las ex, también están los profesores que nos enseñan una materia muy fácil, pero a la hora de llegar al examen todo es diferente.  A ellos les decimos lo mismo que le diríamos a una ex.  Sin embargo no son las personas en carne y hueso que conocemos quienes nos cagan más la vida, en la pantalla chica y grande nos han cagado la mente y dejado tirados en el suelo por muchos años, y ya es hora de decir: BASTA.  Guionistas de mierda que no nos pueden dar una historia sin cagarnos la psiquis.  Uno de los casos más conocidos es el de la muerte de Mufasa.  Weón…Mufasa era el viejo perfecto.  Sabio, simpático, fuerte, era rey.  Weón ese león era el papá del año.  La música del Rey León era filete, las vistas en los momentos precisos nos hacían entender que nadie podía morir…NADIE, o por lo menos ese tucán culiáo, o no se un elefante cualquiera, pero no, weón, Mufasa tenía que morir…y si eso aún no era suficiente, el maraco de Disney hace que el weón muera con su hijo ahí al lado.  Disney pensó: “Ya, si estos pendejos no lloran cuando Scar tira a Mufasa a la estampida tendré un plan B, haré que Simba vaya donde Mufasa y le lloré por harto rato tratando de despertarlo, aunque este ya asuma que su papá murió.”  Disney, te felicito, eres un hijo de puta.  “Papá, papá, despierta.”  Decía Simba.  “Como te odio, Disney Conchetumadre.  Me cagaste la vida.”  Decíamos todos nosotros al ver esa escena.

                Pero si pensábamos que nuestro querido Walt Disney se iba a quedar solo con esa mariconeada, estábamos muy equivocados.  ¿Se acuerdan de Bambi?   ¿Ese weón que le matan a la vieja en la primera película?  Bueno, les cuento este Spoiler, Bambi termina muy feliz esa película por el apoyo de sus amigos, filete…pero en la segunda película le matan al papá.  Puta, Walt Conchetumadre, weón…es que las cagay.  Si sacan Bambi tres y este weón tiene hijos, ni cagando la veo, lo más probable que descuarticen a los weones.  Shame on you, Walt Disney.

                Otra manera en que Disney nos cagó la vida a todos, en especial a los hombres, fue dándonos como modelos a seguir a los príncipes de sus cuentos.  Si uno lee las historias el príncipe es un caballero, valiente y cabrón con las minas.  Sin embargo si uno ve las películas nos damos cuenta que los príncipes son puros maricones.  A todos los hacía delicados, rubios con pelo de comercial de Head & Shoulder y una voz no muy masculina, y se nota que los weones se preocupaban más de cuidar su cutis que de aprender a usar una espada, y cuando digo aprender a usar una espada, lo estoy hablando en doble sentido, porque estoy seguro que todos esos weones eran vírgenes.  Gracias a Disney y a sus “ejemplos a seguir” muchos niños que pintaban pa’ ser machos, recios y luchadores, terminaron siendo bailarines de ballet o danza artística.  Jordy Castell antes de ver la Cenicienta quería ser como el personaje de “Duro de Matar”, pero después de ver la película todo cambio en su vida y ya sabemos cómo terminó esa historia.

                Ni siquiera voy a hablar de cuando separan a Dumbo de su mamá, no lo haré porque el simple hecho de recordar esa escena puede hacer que mis ojos suden un poco.

                Otros weones que les gusta cagarnos la vida son los guionistas de “La Vida es Bella”.  Weón, el pendejo se salva y se encuentra con su mamá al final, nunca lo pasó mal en el holocausto porque su papá se esforzó para que pensara que todo era un juego.  PERFECTO, pero a UNA NOCHE, UNA NOCHE, po weón.  Solo un par de horas más, al papá lo fusilan.  Weón, ¿Por qué no podían salvarse todos?  La vida es bella mis weas, weón.  Si ya pensábamos que los campos de concentración eran una mierda, ustedes hicieron crecer ese pensamiento. 

                Pero si lloramos cuando mueren humanos en las películas y series.  Es aún más triste la muerte de perros.  Weón, es sorprendente como nos da pena la muerte de las mascotas.  Yo creo que la muerte de Hachiko me dio mucho más pena que la muerte de Jack en Titanic.  Los perros no hacen nada malo, en comparación con el hombre.  Jack estaba enamorado de Rose y eso es muy normal, pero pensándolo fríamente el weón fue el manso patas negras, weón.  No digo que merecía morir de esa manera, pero tampoco merecía vivir feliz para toda la vida.  Por otro lado tenemos a Hachiko, un perro que hizo feliz a una familia entera y les cambio la vida a todos sus integrantes.  Todo bien, pero no podía terminar la película en una época feliz del perro.  NO.  Lo tienen que matar, porque saben que nos da más pena.  ¿Qué queda pa’ los dog lovers cuando ven Marley y Yo?  ¿Y para qué hablar de cuándo matan a Sam, el perro de Will Smith, en Soy Leyenda?  Esa película era de acción y no de pena, y debo admitir que cuando le matan al perro casi lloro como Forrest cuando se muere Jenny (Otra escena creada por los guionistas pa’ cagarnos la vida).

                Otro ejemplo más alejado de la pantalla chica y la pantalla grande es lo que pasa en el fútbol.  Uno bien fresquito es de la U y como Darío Franco cagó al manso equipo que dejó Sampaoli.  Dudo que Franco me lea, pero si lo está haciendo Sr. Ex-Entrenador de la U, solo le diré esto: Me cagaste la vida, hijo de…conche tu...ándate a la…Eso.

                La cosa es simple, los guionistas disfrutan al ver como sufrimos, como lloramos y como quedamos traumados para toda la vida por sus películas y series.  Disney era un weón de mente retorcida que le excitaba hacer sufrir a niños pequeños.  A Rocky le matan a Adrián.  En “A Walk to Remember” matan a Mandy Moore.   A House le matan a Wilson.  En “La Milla Verde” de Tom Hanks muere el único weón que no merecía morir en la película, y para colmo en “El Náufrago”  los Conchetumadre hacen que Wilson se pierda en el mar.  El que no lloró cuando Wilson se pierde en el mar no tiene corazón.  “Wilson, Wilson, come back, I’m sorry, Wilson.  Come back.”  Grande, Wilson, jugar voleibol nunca fue lo mismo.

                La cosa es simple, muchos y muchas nos han dado razones para decirles que nos cagaron la vida.  ¿Para qué darles en el gusto?  Es como quedarse pegado con algo por mucho tiempo, al fin y al cabo nosotros somos los que nos cagamos la vida…Nah, en verdad es todo culpa del resto, nunca tan masoquistas, ¿Cierto? 

                High Five para todos ustedes, mis fieles lectores.  Y para los que no me leen: Me cagaron la vida, CONCHETUMADRE.


martes, 9 de julio de 2013

La CAÑA

                En Chile hace tiempo que es un tema importante entre los jóvenes, un tema que causa revuelo en las redes sociales todos los fines de semanas en la mañana, y está en boca de todos durante la semana.  Ha ido creciendo más rápido que la fama de puta de la Vale Roth y es inevitable que alguno de ustedes, mis pocos, pero fieles lectores, no hayan estado cerca de ella.  A pesar de los dolores que nos entrega es más querida que la Bachelet y como la mala hierba siempre vuelve, les estoy hablando de nuestra gran amiga, la que nos despierta en la mañana y nos acuesta en la noche: La caña.  Nombres como el hachazo y resaca también se le atribuyen, pero la CAÑA es su nombre más conocido y por el cual todos la llamamos.  Maldita, estúpida, pero sensual caña.

                Un sábado o domingo en la mañana es inevitable despertarse con ella al lado, pero a veces es peor lo que conlleva la caña, y por su culpa no solo nos despertamos con ella en la cama.  Una caña muy asquerosa es el resultado de una tomadera poco digna y de poco caballero.  Peor de los casos es en la película “Iren, Yo y mi otro Yo”, cuando Jim Carrey se despierta sin saber lo que había pasado, pero con una mansa mina al lado, ¿El problema?  Fue que también se despertó con dolor de poto y un dildo en la cama…saque sus conclusiones.

                Otra cosa que conlleva la caña son las preguntas que se nos vienen a la cabeza debida a ella.  La típica, hasta hicieron una película con ella, es: ¿Qué pasó ayer?  Aunque peor aún es cuando nos preguntamos, ¿Quién es esta weona?  Y hay una mina que nunca hemos visto acostada con nosotros en un motel de Valparaíso y mucho vómito al costado de la cama.  ¿A quién no le ha pasado?  ¿Nadie?  A mí tampoco…chúpenla. 

                Pero si preguntarnos a nosotros mismos qué mierda hicimos o pasó la noche anterior, que nos cuenten nuestros amigos es aún peor.  “Weón, te fuiste con la guatona culiá a lo oscurito.  Chancho de mierda.”  Igual piola si te lo dice por interno o cuando están solos, pero los chilenos tenemos el afán y este maldito fetiche de querer ver en el suelo y avergonzado a nuestros mejores amigos.  Así que todo lo que hizo nuestro querido amigo en la noche anterior lo publicamos en su muro de Facebook, el mismo Facebook en el cual tiene como amigos a toda su familia.

                Pero no siempre es algo relacionado con sexo lo que nos hace arrepentirnos en la mañana por culpa de la caña y el alcohol, también nos arrepentimos de nuestras actitudes estúpidas y poco dignas.  La weona que dijo lo del Kiko sabe de lo que estoy hablando.  ¿Por qué lo hice? O ¿Por qué dije eso? O ¿Por qué mierda llamé a mi ex?  Son preguntas tan comunes como ver fotos en pelota de la Vale Roth en un matinal.  Por ejemplo hace dos semanas salí con dos amigos a tomar, todo partió piola, unas chelas en el Colmáo y después sus piscolas en Calle Valpo, pero no podía terminar ahí.  Nos compramos un tequila de 4 lucas y tomamos por algún antro de esos sectores.  Acto seguido: Nadie sabe lo que pasó, menos uno, el que no quiso tomar tanto.  Ahora ese personaje que no fue tan protagonista la noche anterior es quien se transforma en el omnipotente y nos cuenta todo lo que pasó.  A mí me dijo que me agarré a mocha, y como weón comencé a buscar moretones por algún lugar, pero no había nada, así que asumí que había ganado fácilmente.  Hasta que este weón de mi amigo me dijo que mi “contrincante” fue un basurero y le saqué la cresta por faltarme el respeto.  Malditos basureros, admitan que alguna vez les quisieron pegar por ser tan falta de respeto y hablar tanta mierda.  #ChisteFomeDetected.  Cállense. 

                Imagínense cuántas veces Charlie Harper o Joey Tribianni se despertaron haciéndose unas de estas preguntas.  Pero el mejor amigo de la caña dentro de la pantalla chica no es otro que el gran Homero Simpson.  Y este weón siempre tiene las peores cañas: Las cañas cerveceras.  Porque sí, hay varios tipos de cañas.  Está la Ca-Caña, que es cuando el alcohol consumido la noche anterior nos cita por largas horas al baño, y no solo nosotros sufrimos, sino que también la persona que va al baño después de nosotros.  También está la “Caña Seca”, esa caña es la más común y es la que nos deja la boca más seca que pussy de momia.  La Caña Marihuanera es otra, esta caña no es por el consumo de marihuana, pero nos levantamos con los ojos más rojos que la cresta y pareciera que hubiésemos fumado un camión de weed.  Y por último está la “Caña Insomnio”, esa puta caña que nos hace despertarnos dos horas después de que nos acostamos y el dolor que viene con ella no nos deja seguir durmiendo. 

                Todas estas cañas y muchas más son las que nos acompañan, nos abrigan y nos hacen odiar el alcohol por un tiempo.  Pero la caña es como cuando la polola no quiere cuchi-cuchi una noche.  La odiamos en ese momento, pero por alguna razón volvemos a ella en busca de su “néctar” (SHIAAAAAAA) otra noche.


                “No eres tú, eres lo que viene después de ti”  Le dijo el alcohólico al copete.  Saludos, estimados lectores.

lunes, 1 de julio de 2013

Los NIÑOS y el por qué los tratamos como weones

Hay gente muy amargada en la vida.  Weones que se amargan porque el resto de las personas son felices.  No les sacan con nada una sonrisa en la cara.  Para ellos citaré a un grande, a Diego Armando Maradona: “Chúpenla y sigan chupándola.  Excepto las señoritas.”  ¿Para qué ser tan amargados?  Si se lo proponen pueden vivir en un mundo de series, en un mundo de comedias y ver la vida de otro punto de vista, una vista más alegre, una vista más choriflay.  Debo admitirlo yo igual soy un weón amargado, me amargo cuando la U pierde y no hablo con nadie.  Ni les cuento que pasa cuando el Colo nos gana.  Me amargo cada vez que me matan a un personaje en las series y mucho más me amargo cuando el copete se hace corto en un carrete y se nos acaba la plata pa’ comprar más.  Pero hoy día no estoy amargado, digo, lo estuve.  Estoy congestionado y cuando tengo mocos colgando soy más pesado que el Pepe Cortizona.  Pero ahora, hace pocos minutos, me enteré de una noticia que me alegró el día: Seré tío.  Por primera vez seré tío.  Así que tendré que ser una persona más madura y dejar el copete…Nah, ¿Pa’ qué vamos con weas?  Pero si me siento feliz, de una manera que no lo había vivido, y por eso hoy día dedicaré esta publicación a las guaguas, a los pendejos hincha pelotas, que a pesar de que cagan, lloran y gritan todo el día, son siempre una bendición para las familias.

Pero desde afuera no se ve así.  Stewie Griffin es una de las “guaguas” más conocidas de la pantalla chica.  Pero no es normal, no es un niño común.  Este weón cuando pensó que sus papás iban a tener otro hijo se metió dentro de las “cositas” de su viejo para matar a todos los espermatozoides.  Eso es un claro ejemplo de lo que son los cabros chicos: “Celosos.”  Si no lo tienen todo, no tienen nada.  Pero nosotros los mayores los mimamos.  Como mi hermana chica que tiene un celular mejor que el mío, le van a comprar su computador propio, y hasta le dieron dos corderos de mascota porque ella quería.  Yo siempre le digo: “La Flo quiere, la Flo tiene.”   Tienen este poder para ser dictadores dentro de un hogar.  Pendejos de mierda.  Estúpidos y sensuales pendejos de mierda. Oh, no..wait...eso sonó pedófilo.

No entiendo porque cuando somos chicos juramos que llorando y gritando y pataleando nos van a pescar.  Y lo peor es que si ocurre, a menos que tengas un papá corto de mecha y a la primera pataleta te saque la cresta.  Hay jóvenes que hasta hoy en día le tenemos miedo a los cinturones, más que miedo los respetamos.  Sabemos que esa tira de cuero puede “marcarnos” por mucho tiempo. 

Pero más allá de como son los cabros chicos, es como los tratamos nosotros.  Todos los weones están alegando que la educación en Chile es como las huéas y nadie va al inicio de esto.  Tenemos la mala costumbre de hablarles como aweonaos a los niños.  “Agú, agú… ¿A quede chupete? ¿A quede abazo?”   Weón, obvio que después salimos todos aweonaos si nos hablan así.  ¿Por qué no simplemente les preguntamos cómo la gente? “Hola, estimado.  ¿Quieres tu biberón? ¿Quieres que te abrace?  Corta.  Así tendríamos puros puntajes nacionales.  No entiendo la gracia de hablarles como Teletubies a los pobres niños.

También cuando les enseñamos a hablar parecemos aweonaos.  Vemos un perro por la calle y lo primero que decimos: “Mira guau, guau…mira guau, guau.”  Weón, es tan fácil como decirles que es un perro.  Va a entender igual.  Por culpa de que a mí me decían eso dije que eran Guau, Guau como hasta los 10 años.

Y también todo lo malo es caca.  En vola la caca no es tan mala, pero nosotros pensamos eso porque desde chicos todo es caca.  Imagínense si nos siguieran hablando así.  “¿Cómo estuvo la mina que me agarré ayer?”  “Caca, fuchi, fuchi, mala, mala…CACA”  Weones pocos creativos.  Digan que las cosas son malas y chao.  “¿Cómo es la política en Chile?” “Caca”. 

Bueno, igual todo eso pasa porque cuando vemos a un niño hasta el hombre más macho se transforma en un pussy.  Por suerte Crixus nunca tuvo hijos, así no lo vimos en su lado mamón.  Imaginen  a Tony Stark, un cabrón, un crack, un mujeriego millonario, cuando tenga un hijo cagó todo eso.  Bienvenido al mundo temido por todos los machos alfas, bienvenido al mundo mamón.  Por alguna razón dejamos que la hembra elija toda la ropa, y al elegir ella toda la ropa lo viste como animalito, como Teletubies o con trajes que en verdad son bien weones.  Pero como los hombres tenemos esta enfermedad crónica que se llama “Macabeísmo”, dejamos que todo esto pase.  Yo cuando tenga un hijo lo vestiré como gladiador, le comprare poleras de fútbol y disfraces de Hulk…hasta que llegue mi futura esposa (Jennifer Aniston) y me diga que prefiere vestirlo con esos trajes mamones que les gustan a ustedes.  ¿Pa’ qué vestirlos de una manera que después se avergonzarán?  ¿Acaso creen que ya de adultos nos gustaría vestirnos como nos vestían nuestras mamás?  Pareceríamos maricones, weón.  #YoVestireAMiHijoComoHombre.  Ese debería ser un TT, no las otras weas.

Pero bueno.  Solo pido que mi sobrino nazca sano y que no hable como yo hablaba cuando era chico.  Que no le gusten los “animalitosh” y que no sea sobrepeso hasta los 14 años.  Pero quiero que nazca y que nazca bien, así poder llevarlo a pasear al mall y que todas las mujeres que se CALIENTAN con los niños se acerquen.  Porque eso es otro tema.  Ustedes mujeres son cuáticas cuando ven a una guagua.  La cagaron.  Entre tener una noche de pasión y locura, a ver fotos de una guagua recién nacida, yo creo que eligen la segunda opción.  En vola es un fetiche sexual que tienen por ahí.  Haré el experimento y la próxima vez que me toque iré con pañales.  ¿Quién sabe? En vola la hago.


Saludos a todos.  Agu, ga, ga, para todos ustedes.